Los dulces navideños en forma de las clásicas figuras de Santa Claus o Papa Noel tienen un nuevo competidor comercial. Y no es de menospreciar, se llama Gold Jesus, hecho de chocolate y sano porque es biológico.
Frank Oynhausen, el artífice de este dulce aseguró haber cumplido su primer objetivo, que es que "Jesucristo vuelva a estar en boca de todos" y sueña con que sus figuras "desplacen a Santa Claus" de los centros comerciales, que no es más que "un invento norteamericano".
La creación de Oynhausen, sociólogo jubilado de Duisburgo, también lleva el nombre de “Sweet Lord”, emulando al Jesús dulce que se produce de manera artesanal y se materializó esta vez en la textura de un suave chocolate.
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Las repercusiones ya rodean al moreno enviado de Dios que ha desencadenado todo un debate en Alemania y levantado ampollas entre los círculos eclesiásticos, aunque sólo han salido a la venta un centenar.
Arne Homborg, el maestro chocolatero al que Oynhausen encargó este proyecto, tarda media hora en hacer una figura de cien gramos de chocolate que se vende a 15 euros (19 dólares) la pieza. "Producimos tan rápido como podemos" explica.
Aunque no llegará a los supermercados antes del año próximo, a través de su página web, www.goldjesus.de, en la que se puede encargar esta controvertida figura, que mide 21 centímetros.
Ambos aseguran haber logrado lo que se proponían, "realzar los valores cristianos", que sirven de "esqueleto de nuestra sociedad" y no se muestran sorprendidos ante la avalancha mediática.
Pero el nuevo Jesús no logró endulzar a la Iglesia Evangélica Alemana que manifestó su rechazo, a través del portavoz Udo Hahn, para quien la idea es una muestra de mal gusto. Por su parte, la Iglesia Católica considera la representación de Jesucristo un "kitsch".
Opiniones que no entiende Oynhausen, "es la iglesia la que le ha dado la espalda a Jesucristo", argumenta quien critica la retórica de doble rasero de la Iglesia. No concibe que no se critique por ejemplo "que se meta el cuchillo en el Christstollen (un pastel de Navidad con pasas envuelto en azúcar), que tradicionalmente representa el cuerpo del niño Jesús", y sí pongan el grito en el cielo con su figura de chocolate.
El sociólogo insiste en que su propósito no es hacer dinero, y menos aún solventar a la iglesia, en cuyos proyectos ha trabajado durante años, y que intentó sumar a su iniciativa empresarial. Y cuenta que la Conferencia Católica Episcopal le dijo que no "por temor a generar protestas de fieles muy conservadores".
Además, está buscando una empresa que fabrique industrialmente sus figuras, porque con los beneficios pretende apoyar proyectos sociales, algo que de momento no parece tan fácil. "Creo que esperan a la resonancia de este debate", dice.
De tener una empresa de eliminación de residuos eléctricos, este "jubilado inquieto" -como él mismo se define- ha pasado a defender la causa de "un revolucionario, más revolucionario que cualquier otro personaje del siglo XX", reza su filosofía acerca de Cristo.
29 de noviembre de 2008