El hombre de 34 años sometió sexualmente y apuñaló a su antigua pareja en su casa de José León Suárez y la obligó a llamar a su mamá para abusar también de ella. "Me decía que las mate", aseguró el sujeto, quien culpó al demonio y a la cocaína por el crimen.
"Me lo ordenó el diablo”, así intentó justificarse el acusado de haber sometido sexualmente a su ex novia y su ex suegra. Se trata de Aníbal Gómez, de 34 años, quien fue detenido el sábado pasado en la localidad bonaerense de José León Suárez por los delitos de “privación ilegítima de la libertad y abuso sexual con acceso carnal e intento de homicidio en el caso de la joven”.
Según Gómez, escuchó voces que le decían que tenía que hacer un sacrificio. “Me decían que las mate”,declaró ante el fiscal Mario Alfredo Marini, a cargo de la investigación y de la fiscalía especializada en Delitos Sexuales de San Martín.
Tras su declaración, la Justicia ordenó formar una junta para determinar si Gómez es inimputable. Los abusos fueron cometidos el sábado pasado cerca de las 10 de la mañana, cuando Gómez citó a su ex mujer de 24 años a su casa, situada en el cruce de Darragueira e Ingeniero Huergo de Villa Independencia, para terminar con los papeles del divorcio y que ella retire sus cosas.
Pero según pudieron determinar los investigadores, cuando ella llegó, la amenazó con un cuchillo, cerró la puerta con llave y comenzó a violarla.
Después de someterla, la obligó a que llamara a su madre, de 44 años, para que fuera a la casa de él. Cuando la ex suegra llegó, también la amenazó y la atacó sexualmente.
La joven de 24 años recibió una puñalada en el brazo izquierdo. Fueron cinco horas las que tuvo a las mujeres privadas de su libertad, en el transcurso de ese tiempo le tocaron el timbre allegados que iban a visitarlos pero que él no recibió.
Ante los gritos que escuchaban provenientes de la casa, los vecinos alertaron al 911. El personal de la comisaría de José León Suárez (4ª de San Martín) y del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) del citado distrito acudió a la casa y fueron los funcionarios quienes lograron liberar a las víctimas y, a la vez, detener al agresor.
Las diferentes diligencias tuvieron la supervisión de la Coordinación de Policía de San Martín. Las mujeres dijeron que fueron sometidas por Gómez, a quien conocieron en una iglesia evangélica.
En su indagatoria Gómez culpó a la cocaína y al diablo de lo sucedido. Declaró que vivía en Salta cuando a los 12 años se prendió fuego el cuerpo. A los 15 empezó a drogarse y, según él, desde los 17 años escucha voces. En su indagatoria sostuvo: “Escuché voces del diablo que me decían: ‘Tenés que hacer un sacrificio’. Las voces me decían que las tenía que matar”.
Gómez le dijo al fiscal que no soportaba un abandono más. Una junta médica deberá decir si es inimputable o está mintiendo tratando de justificar lo injustificable.