La indignación y el repudio invaden a la comunidad de padres de un jardín de infantes, del partido de Luján, contra una reconocida compañía que produce golosinas, por una donación de mercadería en mal estado.
La cooperadora del establecimiento educativo le solicitó a la empresa una ayuda, en golosinas, para un evento solidario. Pero sorpresivamente, cuando recibieron la entrega, advirtieron que "sólo los chanchos pueden degustar su estimada colaboración", como remarcaron en un comunicado.
Los propios empleados del lugar reconocieron semejante muestra de desamparo. En las últimas horas, los progenitores que forman parte de la cooperadora del Jardín de Infantes N° 915, de la localidad lujanense de Carlos Keen, difundieron un mensaje, en el cual revelaban su descontento con la firma fabricante de las golosinas Nevares.
En el escrito, viralizado en las redes sociales, los padres de los pequeños alumnos expresaron: "¿Tanto les costaba donarnos una cajita entera, sin abrir, con mercadería sana y comestible? ¿Así hace las cosas la fábrica Nevares?".
Según consta en el comunicado, la empresa recibió un pedido solidario, a través del envío de una carta, por parte de los miembros de la cooperadora, por el motivo de realizar la kermés, que organizan habitualmente cada fin de año. A los pocos días, llegó la respuesta, en la cual la compañía ofreció un pallet de tortas de chocolate.
Sin embargo, los receptores detallaron: "¡Qué sorpresa la nuestra cuando abrimos las cajas! Estaban las tortitas pero abiertas, con moscas y algunos paquetes sin cortar, como si fueran el descarte de lo mal fraccionado".
Por esta razón, reflejando un profundo malestar, exclamaron con ironía que "gracias Nevares querido por la falta de respeto y la falta de solidaridad ante nuestro pedido, gracias por pensar en los chanchos porque son los únicos que pueden degustar tu estimada colaboración. Y por sobre todo, gracias por pensar en los niños que en teoría iban a comer las tortitas".
En tanto, desde el sello que produce la mencionada golosina no se emitió ninguna explicación al respecto, este medio intentó comunicarse con sus representantes sin éxito alguno. No obstante, Macarena, quien se desempeñó en la empresa hasta fines de noviembre pasado, reconoció que "esas donaciones son el descarte de la fábrica. Se abre el paquete y se las vuelve a pasar por la máquina para que se les haga un nuevo bañado o se les cambia el envase".
En este sentido, la joven detalló que "estas colaboraciones se hacen con diferentes escuelas de la zona, y siempre fueron sin las condiciones de higiene necesarias. Por ejemplo, nosotros no usábamos guantes pero no podíamos quejarnos. A un compañero lo despidieron porque pidió que mejoren la salubridad del lugar y la calidad de los productos".
La denuncia de los padres del recinto escolar tienen lugar en el marco de una crisis económica de la compañía.