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Liberaron al policía que la dejó en silla de ruedas

Carla Lacorte recibió un balazo que la dejó paralítica. "Fue una liberación exprés", aseguró. La mujer le contó a 24CON su increíble historia.
Martes, 13 de julio de 2010 a las 13:34
Desde hace nueve años, Carla Lacorte divide su tiempo en dos actividades fundamentales. La primera, en luchar todos los días por tratar de que su vida sea lo más normal posible pese a las lesiones sufridas. La segunda, en buscar justicia para que su caso como víctima de “Gatillo Fácil” no quede impune ni vuelva a repetirse.

Sin embargo, la Cámara de Garantías de Quilmes le dio otro fuerte revés judicial  cuando le otorgó la libertad al policía José Salmo, un agente condenado bajo la caratula de “Lesiones Gravísimas” a seis años y medio de prisión hace tan sólo 15 días atrás por el Tribunal Oral 5 de ese distrito. Según este fallo, el agente podrá esperar en las calles a que la condena quede firme.

“Fue una liberación Exprés, por llamarlo de alguna manera, que no es lo que sucede con los miles de casos en donde ni siquiera hay condena ni juicio y los acusados siguen esperando presos”,  aseguró Carla Lacorte a 24CON.

Sin embargo, más allá de la decisión, lo que más dolor le causó fueron los argumentos utilizados. La resolución habla de una sentencia “teñida de componentes políticos”, por lo que para Carla la Cámara “se extralimita en sus atribuciones, que eran decir si Salmo esperaba preso o en libertad la confirmación, ya que hasta terminan cuestionando instancias superiores”.

“En el fallo se cuestiona a los sectores que pidieron justicia y también mi ideología y mi militancia en un organismo de derechos humanos”, aseguró Lacorte. “Esto es discriminación, es pensar que determinados sectores no podemos pedir justicia. Cada vez que hay un caso de gatillo fácil, los jueces los absuelven o dan penas simbólicas que no llegan a un cumplimiento efectivo”.

Justicia polémica


Ese viernes de 2001, Carla volvía de la facultad de Veterinaria a su casa. Al mismo tiempo, un grupo de delincuentes escapaba de la policía tras asaltar un local de comidas rápidas. El agente José Salmo apuntó, disparó y la bala acertó en la espalda de Carla, quién bajaba del colectivo que la traía de regreso. 

“Salmo ese día quiso asesinarme porque pensó que yo era campana del robo”, recuerda Lacorte. “En el piso, me dijo que yo era campana, me palpó de armas y hasta se jactó de su buena puntería. Por eso, lo más lógico sería una pena por intento de homicidio”, aseguró.

Sin embargo, la justicia tomó otros caminos. En principio, Salmo continuó con su trabajo en la misma comisaría durante un año, hasta que fue trasladado al Ministerio de Seguridad. “Fue como una recompensa”, ironizó Carla.

En el 2004, el agente fue absuelto en primera instancia bajo el argumento de que estaba bajo “el cumplimiento del deber”. Sin embargo, después de apelaciones e intentos por parte de los fiscales, se llegó a la condena de este año, aunque bajo la carátula de “lesiones gravísimas” agravada por uso de arma de fuego.  La pena máxima para ese delito es de 13 años, aunque a Salmo le dieron seis y medio.

“Quiero una pena de cumplimiento efectivo, que se le revoque la libertad y que se aumente la cantidad de años”, explicó Lacorte. Sin embargo, después de nueve años de lucha, todo indica que la justicia mira hacia otro lado.

13 de julio de 2010

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