El consumo de carne cayó un 40 por ciento en lo que va del año debido al fuerte aumento de los valores de venta al público y al boicot a la compra por parte de los consumidores, por lo que los precios comenzaron a bajar, aunque a marcha muy lenta.
Los carniceros porteños aseguran que están "desesperados" porque las ventas cayeron fuertemente, pero sus costos siguen en aumento, por lo que cada vez se les torna más difícil sostener sus comercios y, principalmente, los empleados.
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Los pronósticos oficiales, en tanto, dicen que el precio de la carne bajará sobre fines de marzo o principios de abril porque para ese momento aumentará la oferta debido a que los productores comercializarán el ganado que ahora están engordando.
Pero, los carniceros responden que no venden desde los primeros días de enero, por lo que para abril serán ya cuatro meses de "trabajo a pérdida", por lo que reclaman a la secretaría de Comercio Interior que "ponga orden".
Sostienen cuando el problema de precios no surge por desabastecimiento, surge por los "formadores de precios" del mercado de Liniers, donde los controles oficiales son "escasos" y los valores se rigen "por la oferta y la demanda".
Estos comerciantes pagaron 15,80 pesos por kilo de media res de ternera el lunes y lo abonarán 15,30 pesos este jueves, por lo que la baja registrada alcanzó sólo 50 centavos a pesar de que la caída de la demanda alcanzó al 40 por ciento.
"Yo vendía once medias res por semana y ahora vendo seis. No entra gente al negocio. Ni a este ni a ninguna carnicería de la zona. Estamos todos en la misma (situación)", explicó a esta agencia un carnicero del barrio porteño de Flores.
Por las fuertes subas, los consumidores cambiaron los hábitos de compra y en vez de pedir la carne por kilo ahora lo piden por el equivalente al dinero que tienen en las manos y siempre apuntando a los cortes más económicos, como la nalga.
"Vienen y te piden carnasa común por 3 pesos. Sí, por 3 pesos. ¿Y qué vas a hacer? Les tenés que vender. No te queda otra, no podés dejar fundir lo poco que tenés", explicó otro carnicero de Caballito.
Los comerciantes consultados coincidieron en que los más afectados son los sectores económicamente más humildes, porque los más pudientes "se quejan pero siguen comprando asado para casi todos los fines de semana".
No obstante, el boicot a la compra de carne lanzado por algunas asociaciones de defensa del consumidor dio sus resultados acentuando la baja de la demanda, lo cual ejerce presión para que los precios caigan pero afecta a los carniceros.