Pasaron unos pocos meses, él dejó el cuchillo entre los dientes y el barro en la camiseta para pararse del otro lado de la línea. La exposición de la familia todavía era nula. Sin embargo, el Cholo como entrenador técnico de Estudiantes de La Plata y su estilo europeo e impecable para visitar los terrenos de juego con trajes Armani traídos exclusivamente desde Italia, y ella siempre firme en su palco, vestida como una princesa; tornaron irresistibles las comparaciones con el híper markitenero matrimonio Beckham.
Entonces, lógicamente, aparecieron las revistas y la exposición constante. De él, de ella, incluso de sus críos. Cómo olvidar cuando uno de ellos cruzó unas pocas palabras con el mismísimo Marcelo Tinelli, en vivo, en Bailando por un Sueño, ciclo del cual supo participar la fibrosa morocha de estricto flequillo. Todo en su vida se volvió noticia. A través de las portadas de revistas Simeone vio a su mujer disfrutar de unas vacaciones junto con He-man, el bañero de la discordia; una y otra vez.
También, por la propia portada de la revista Caras, se confirmó la separación de la pareja en voz de ella. Siguieron en las primeras planas, pero por separado. Aunque cada tanto era noticia un encuentro entre ellos. Era una pareja abierta, que aceptó la separación pero mantenía vigente una gran relación con algún derecho a roce cada tanto.
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En las primeras vacaciones de solteros, ambos eligieron el refugio de la familia aunque por separados y en puntos equidistantes. Baldini se refugió en la sofisticación de los balnearios alejados de Pinamar con sus hijos menores; mientras que Simeono optó por tomarse unos días junto con el mayor en las costas brasileras.
Hoy día son las arenas cariocas las capaces de sellar a fuego este amor particular. El Cholo y la Chola partieron, ayer, juntos y sin los chicos, a pasar semana santa y pascuas a orillas del mar.
10 de abril de 2009.