En la previa de la primera eliminación de Gran Cuñado, cada nominado tuvo la oportunidad de hacer su descargo. En ese momento, mano a mano con Marcelo Tinelli, Alfredo D' Angeli fue el primero que hizo uso de la palabra. Dejó bien en claro que su continuidad en la casa era necesaria porque " hace falta alguien honesto, alguien humilde... y porque a esta hora de la noche no tengo micro para Gualeguaychú". Además destacó la imperiosa necesidad de quedarse para cambiar las cosas: "Quieren estatizar la casa, ¿podes creer?", le comentó al pasar al Cabezón.
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Para la final quedaron ellas, las dos mujeres de la noche: Lilita Carrió y Cristina Fernandez de Kirchner. En un desquite extremadamente parejo, la eliminada resultó la líder de la Unión Cívica Radical con un 53,8% del total, lo que desató los cánticos de Néstor, Sergio Massa, Alicia Kirchner y A. Fernández dentro de la casa. Evidentemente, la estrategia de Carrió no resultó. Momentos antes había pedido a la gente la misma actitud que cuando hay sufragios nacionales, tan simple como eso. Dijo: "Hagan lo de siempre, no me voten", pero la gente la defraudó nuevamente.
El público se inclinó por la continuidad de la Presidenta de la nació, que, en diálogo con Marcelo Tinelli -tras haber acomodado una y otra vez los micrófonos en la previa del discurso-, prometió un nuevo tren bala que "va a llegar de Buenos Aires a Bariloche en apenas diez minutos". Después aprovechó su minuto de aire para aclarar a los telvidentes de "ésta, la televisión de la abundancia" que de la crisis financiera mundial "vamos a salir adelante simplemente porque lo digo yo, Cristina Fernández de Kirchner". Claro está, esa definición la exigió Tinelli, quien tuvo la posibilidad de realizarle cinco preguntas. El conductor se inclinó, lógicamente, por temas de actualidad; ella, lo sepultó: "Qué poca creatividad". La sopresa ya estaba en pantalla, su inesperada continuidad dentro de Gran Cuñado, mal que le pese a muchos.