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Darío Herrera, árbitro del Superclásico, habló por primera vez tras el escándalo del último jueves y aseguró que "si los jugadores de River se recuperaban, la idea era seguir".
"No fingieron estar afectados, sino que realmente lo estaban", subrayó el juez en declaraciones a radio La Red.
Herrera dijo haber visto "los ojos irritados de los jugadores de River" y añadió que "estaban quemados y tenían la camiseta manchada de un polvo naranja".
El árbitro además apuntó que no tuvo presiones "desde ningún lado". Y agregó que el partido se suspendió "por medio del veedor de la Conmebol".
Herrera aclaró también que "en ningún momento D´Onofrio me pidió que se terminara el partido", e hizo un balance de su rendimiento. "Pensamos que realizamos de buena manera los 45 minutos. Fue un buen desempeño", sostuvo.
"Teníamos mucha responsabilidad. Había que estar concentrado. La tarjeta amarilla a Osvaldo marcó el rumbo del partido", concluyó Herrera.
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18 de mayo de 2015