¿Querés tener condimentos frescos todo el año? Anotá

Agendá estos consejitos:

- Conservalos en sal: Si cubrís las capas de hojas de albahaca fresca con sal gruesa y las guardas en un lugar fresco y seco, durarán aproximadamente un mes y su sabor, aroma y color serán casi como la hierba fresca. Eso sí, ¡antes de usar eliminá la sal!

- Creá una sal saborizada: En tu licuadora o procesador de alimentos, picá partes iguales de sal gruesa y hojas de hierbas. Extendé la mezcla en una bandeja para hornear y hornea a 100 °C por unos 30 a 40 minutos, hasta que se seque. Revolvé de vez en cuando durante la cocción. Dejá cocinar y mezclá bien hasta obtener una textura fina. Luego probá añadirle sal de romero a tus carnes, sal de albahaca sobre tomates y mozzarella fresca, y sal de cilantro a las paltas.

- Congelalas: Colocá las hierbas en una licuadora o procesador de alimentos y hacé un puré con ellas. Añadí aceite de oliva suficiente para cubrirlas por completo. Luego colocá la mezcla de a cucharadas bien en una bandeja de cubitos de hielo o sobre una bandeja de horno, y congelá las hierbas. Una vez congelados, poné los trozos en una bolsa o recipiente, de forma que puedas tomar uno o dos para añadir sabor a una sopa o salsa.

- Dejalas secar: Las hierbas como el tomillo y el orégano son fáciles de secar. Solo tenés que colgarlas del revés o distribuirlas sobre una toalla de papel. En aproximadamente una semana deberían estar lo suficientemente secas como para colocarlas en una bolsa de plástico y congelar.

- Tratalas como un vegetal, no sólo como un condimento: Si lo que deseás es usarlas mientras están frescas, aprovecharlas al máximo en todas tus preparaciones. Por ejemplo, podés mezclar cantidades iguales de hojas de hierbas y otras verduras en ensaladas. O tirar ramitas de cilantro o perejil con cubos de pepinos y tomates en una ensalada para un

aderezo ligero.

8 de abril de 2015

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