En su particular versión de topo opositor u okupa, como lo llamó la primera mandataria, el vice volvió por sus fueros. Reiteró lo hecho con la 125 en el senado y va por más. En su delirante ambición por llegar al poder pretende convertir un sistema presidencialista en uno parlamentario, donde él y sus colegas afines decidan por sobre Cristina.
Cleto Cobos no es sólo el mascarón de proa en esta nueva payasada de la oposición en el senado. Detrás de su esquizofrénica figura de político moderado y con cara de póker, se esconde alguien peligroso, sin ética ni límites para llevar a cabo la estrategia diseñada por Clarín y Magnetto en eso de hacer de él la cara descubierta y corajuda de la oposición.
Sin conocer cifras, desestimando cualquier cálculo económico y olvidando el rechazo de este mismo personaje a la reestatización de los aportes (por no hacer historia acerca de las inconfesables reducciones del 13% durante el gobierno de De la Rúa o del apoyo irrestricto para que las jubilaciones pasen a manos privadas durante el menemato), ahora votó un proyecto que empezando por él mismo y siguiendo por los demás que no saben como hacer para congraciarse con el CEO de Clarín, no tienen ni idea como llevarlo a cabo.
O sí, tal vez saben. Saben como vaciar cajas de jubilaciones, por que en definitiva es lo que siempre han hecho. Y de paso arrimar otro monumental negociado para que Clarín se vea beneficiado con la compra a precio vil de bonos que indefectiblemente el Estado deberá ofrecer a los compradores para poder liquidarlos en dinero, sin tiempo de desinversión razonable, algo que Magnetto y estos mismos senadores no están dispuestos a tolerar cuando las desinversiones son los medios de más que posee a sangre y tortura el grupo monopólico.
Porque otra vez queda en evidencia la inescrupulosidad de Cleto y compañía. La ley está basada fundamentalmente en dos pilares: el primero es el supuesto costo político que le generaría a Cristina el veto. Se ilusionan los opositores con que todos los jubilados pasarán a votar el año que viene contra el candidato oficialista, por negarse a refrendar esta norma absurda, desigual, ineficiente e impracticable.
Y el segundo pilar está apoyado en el supuesto que Fernández de Kirchner no vete la norma y la promulgue. Hipoteca la economía en caso de que otro candidato oficialista gane la elección, condicionándolo inexorablemente, permitiendo otra vez que los pulpos de siempre vuelvan a detentar el verdadero poder y rompiendo la dinámica de este proyecto inclusivo y justo que se trata de aplicar desde la esfera gubernamental.
Hoy se conocieron algunas declaraciones del vice, después que su voto (esta vez positivo a la aprobación) desempatara como con la 125 (la de las retenciones a la exportación), contra el gobierno que juró defender. Y son, las declaraciones, de una liviandad, de una irresponsabilidad, de una ignorancia difícil de creer.
Desde el cinismo, no dudó en calificar la norma como "el triunfo de la equidad", habida cuenta que un jubilado que recibe la mínima, es decir $1100, pasará a cobrar $1500, en tanto alguien que cobra entre $4000 o $5000, pasará a recibir algo así como $20 mil.
Pero eso no es todo. Después que A. Fernández lo tildara de traidor, Cobos le respondió con un insólito "seguiré actuando de la misma forma". Toda una declaración de principios. Por último, mandó el latiguillo harto conocido: "no pienso renunciar". Como dijo la Presidenta hace un rato: "Encima quieren ser gobierno otra vez. Dios nos libre".