Pasaban las horas, la familia del fallecido esperaba desconsoladamente en el cementerio y ellos no llegaban. El cuerpo, recogido por una carroza para ser embalsamado y luego inhumado, brillaba por su ausencia. Tito Vásquez no tuvo enemigos en vida, mucho menos ahora muerto, se decían sus allegados durante la espera en el cementerio, sin entender por qué no llegaba el cuerpo. Entonces, llamaron a la funeraria, y al 911.
La Policía informó por la noche que el cadáver de Tito Vásquez fue localizado en el coche fúnebre en el estacionamiento de un bar del barrio San Bernardo, en la zona sur de Bogotá. Allí el chofer estacionó, con los restos, e ingresó al establecimiento El Imperio para beber cerveza.
"Aún nadie sabe cuáles son las condiciones en las que se encontró el cuerpo ni cual será la suerte del conductor y la indemnización que el cementerio pagará por los perjuicios causados a la familia del difunto", señala el diario.
Lo único que trascendió, concluye la información, es que hoy "se repetirá el entierro para intentar, por fin, que don Tito pueda descansar en paz".