- Quesos añejos: A la hora de aderezar un plato con un queso añejo, como el Parmesano, recordá que tienen el sabor más concentrado que los quesos más jóvenes, por lo que a menudo requieren que les agregues menos condimentos y mucha menos sal.
- Rallar queso: Al momento de rallar el queso, te recomendamos hacerlo con el queso frío, porque es más fácil de rallar. Y una vez que lo rallas, 120 gramos de queso sin rallar se convierte en aproximadamente una taza de queso rallado. Este dato te ayudará a calcular cuánto quesos necesitas comprar de acuerdo a la receta que estás preparando.
- Cuándo incorporar el queso: En la preparación de platos con queso, incorporá el queso al final de la preparación, especialmente en salsas, risotto y sopas. En guisos y platos al horno espolvoreá el queso rallado sobre el plato en los últimos diez minutos de cocción.
- Queso en ensaladas: Una sencilla ensalada puede transformarse en una comida completa, elegante y liviana con sólo agregarle unos trozos de queso azul, queso feta, quesos de cabra de maduración suave o quesos duros rallados o en lascas (como las lascas de Parmesano) junto con frutos secos tostados y pasas, como las de arándanos o cerezas.
- Queso en la sopa: Servir la sopa con crutones de queso es delicioso, simple y elegante. Puedes utilizar rebanadas de pan francés, con un poco de aceite de oliva y queso de cabra desmenuzado, queso cheddar o queso semi-blando. Colocalas en el grill hasta que el queso se haya derretido, antes de añadirlas a la sopa.
- Cómo evitar que el queso se corte: Cuando cocines el queso sobre la hornalla, hacelo a fuego medio porque la cocción a fuego alto, o durante largos períodos de tiempo, harán que el queso se corte.
6 de noviembre de 2014
NOTAS RELACIONADAS:
La variedad gastronómica que existe en el mundo es enorme y lo que nos puede parecer asqueroso es un manjar al otro lado del mundo. NO APTAS PARA IMPRESIONABLES.