El acusado por el crimen del visitador médico no salió del país como se sospechaba y casi termina detenido después de una alocada persecución por Escobar. Como el cuento de la Cenicienta, el venezolano más buscado perdió un zapato en la huida pero así logró sortear el cerco policial.
Roswil Belisario (31) tiene pedido de captura desde el 31 de enero pasado en San Fernando, cuando se sospecha que ejecutó a tiros a Braian Fillip (28), en General Lavalle al 2800, San Fernando. Según fuentes policiales, los investigadores lograron establecer que el prófugo se encontraba en la zona norte del conurbano bonaerense.
Lo ubicaron mediante escuchas teléfonicas y rastreos de llamadas. Roswill se movía en un auto nuevo y robado: un Fiat Siena patente AC 685 CB. Una cuadrilla policial ubicó ayer el rodado en la colectora de Panamericana, a la altura de Escobar, e inició una persecución que se extendió por varias cuadras.
De acuerdo a las fuentes, el venezolano iba al volante y salió a toda velocidad. En la desesperación, se bajó del auto y cruzó a la carrera la Autopista Panamericana. "Casi lo atropellan", confió una fuente al diario PERFIL. En el auto dejó tres celulares, cinco chips y hasta el pasaporte venezolano. También olvidó uno de sus zapatos.
Roswil sería el autor material del crimen del visitador médico. En el ataque, y de acuerdo al relato de los testigos, ocultó su rostro con una capucha.
Una hora antes de ser asesinado, Braian había estado en la casa de su pareja, una chica de nombre Sofía con la que tenía una hija de 3 años. De acuerdo con las fuentes, una cámara detectó la presencia de un auto sospechoso merodeando la zona: era un Fiat 147 negro con dos líneas blancas en el techo, que después apareció en el taller mecánico del padre de la novia de la víctima.
Esta semana la Policía demoró a un cómplice: Luis Lemez (52), a quien lo acusan de prestar apoyo con un auto y luego ayudar a escapar al joven venezolano.