Después de mucho tiempo, Agustín Ciorciari, el presidente del Concejo, decidió gastar en la remodelación del edificio en el cual solo se taparon goteras desde su inauguración, junto con el edificio municipal Héroes de Malvinas, hace más de 25 años.
Divididos por paneles plásticos y de vidrios, las oficinas ofrecen menos seguridad y confidencialidad que una peluquería, dividida en boxes. Para remediar esto Ciorciari decidió no solo cambiarle la cara a los ingresos, adoptando la imposición de ser anunciado a cualquier visitante, sino que también prevé la remodelación integral de la parte superior e inferior del edificio, donde en un variado multicolor cualquier visitante habitual del Concejo puede darse cuenta a quien pertenece cada oficina.
En cuanto a lo político, la situación siguió siendo favorable para el oficialismo, más allá que el resultado electoral no solo no fue el que Hugo Curto esperaba sino que había permitido el ingreso de varias listas supuestamente opositoras pero integradas por personas proclives a escuchar cualquier ofrecimiento que le acercase el Departamento Ejecutivo o el propio Ciorciari.
Así las cosas, de un virtual 12 a 12 pasaron a un también hipotético 18 a 4, producto del acompañamiento conseguido en algunos viejos concejales opositores, aunque esto le insume un costo personal, político, y algunos presumen que también de otro nivel al presidente del Concejo, que en lugar de discutir con uno o dos bloques debe hacerlo con ocho individualidades diferentes.
Entre las que creían que podían tener más de lo que oficialmente deben recibir es Lucía Britos, hija del antiguo curtista Eduardo Britos y amiga personal de Valle, antiguo opositor que ya ha mantenido alguna charla privada con hombres del oficialismo. Para ratificar su enojo Britos pidió licencia y viene amenazando con la posibilidad de no asumir, dejando su espacio para quien le seguía en la lista que encabezó Luis Martinelli, en este caso, el propio Valle, a quienes dentro del oficialismo lo consideran un dirigente que puede provocar más de una discusión en el propio recinto, al que siempre quieren mantener tranquilo.
“Sería mejor eso que lo que va a ser, que Lucía venga y asuma”, se sinceraron dos concejales, uno oficialista y otro no. Así las cosas, la sesión del próximo primero de marzo parece que no deparará más sorpresas, aunque nunca se sabe, ya que es creciente el malestar de muchos oficialistas que ven en los opositores muchas más ventajas que las que obtienen siendo parte de un oficialismo que los tiene como parte del inventario y con un sueldo de los más chatos de la Provincia: $2.100 mensuales.