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Corría el mediodía en la sede moronense de la Coalición Cívica, ubicada en Casullo 234, a pocas cuadras del edificio municipal. Margarita había citado a los medios locales para lanzar oficialmente la campaña en su localidad natal. A la mesa, los candidatos. Del otro lado, algunos periodistas. Entre ellos, café y medialunas, que nadie comió.
“En esta oportunidad, queremos anunciar formalmente la apertura de la campaña”, aclara Margarita, que dispara contra los otros candidatos que iniciaron la carrera eleccionaria antes de la apertura oficial de la misma.
También se la nota un poco preocupada por el posible fraude eleccionario. Falta de boletas, modificación de planillas, son problemas esenciales para la candidata. Por eso, a partir de esta semana, se concentrará en generar una mecánica de fiscalización de las elecciones. Otro punto a desarrollar en campaña será el “puerta a puerta”. Hay que “persuadir” –diría Alfonsín- a los votantes, y eso será lo que Margarita intentará hacer cuando visite los barrios bonaerenses durante estas semanas.
Tras un impasse de dos horas para el almuerzo, la comitiva de la Coalición se reunió nuevamente y partió hacia Haedo, donde un grupo de vecinos reclama el desmantelamiento de una antena de celulares, que fue emplazada sobre terrenos pertenecientes a TBA. Padres con niños en brazos e intranquilidad por la radiación, escenas clásicas de los reclamos vecinales, que muy pocas veces son escuchados.
Margarita y los empresarios
Junto a los dirigentes de la Unión Industrial del Oeste recorrió las instalaciones de diferentes industrias, desde fabricantes de bolsas para comercios, hasta productoras de envases tetra pack. En algunos margaritos se notaba la modorra post-almuerzo, pero seguían a su líder a todos lados, hasta que se inició la reunión en la sala de conferencias de la UIO. Allí, sólo ingresaron los candidatos y los empresarios. Los demás, quedaron afuera. A algunos no les gustó tener que esperar en el exterior, pero no había más espacio.
Pasaron 40 minutos de charla, y Margarita, que nunca se cansa de hablar, es cortada por uno de sus asesores, porque hay que partir hacia el barrio San Francisco, en Morón Sur, donde algunos vecinos esperan. Antes de despedirse, Margarita propone una reunión de trabajo con los empresarios. Ella dice que quiere ver si se puede trabajar en el orden de las leyes para ayudar a las PYMEs, pero en el fondo se nota que lo que quiere es gobernar la provincia en 2011.
Del espectacular complejo fabril, el auto dorado que traslada a la candidata se mueve hacia un barrio que está en el límite de Morón y Merlo Gómez, donde las calles son de tierra y las problemáticas son un tanto distintas a las del empresariado con el que se reunió minutos antes.
“Nos perdimos”
Hubo algún que otro problema para encontrar la dirección, así que Margarita bajó la ventanilla. “¿La calle Jordán?”, preguntó a algunos chicos que jugaban en la calle. “Ni idea”, respuesta contundente. “Eso pasa por andar sin un plano”, piensa la candidata.
El “margamovil” dio algunas vueltas, pero en pocos minutos, llegó a destino: Jordán 4645. Eran las 7 de la tarde y el sol ya se había ocultado. También se había desprendido gran parte del cortejo. Eran pocos los margaritos que llegaron al lugar. Sin embargo, Margarita parece preferir que la comitiva no sea tan grande. Aunque está complacida con el entusiasmo que tienen sus seguidores, se la ve pudorosa y proclive a la austeridad.
La reunión fue en la Unión de Usuarios, lugar donde asesoran a los vecinos y les explican los problemas de firmar contratos sin leerlos. Más de uno ha sido estafado por eso. La charla aquí es diferente a la que hubo en la UIO. Los problemas planteados no son macroeconómicos, sino que los vecinos están preocupados por la inseguridad, la droga y la precariedad en algunos aspectos de su vida.
Margarita habla. Habla mucho. Siempre siguiendo un hilo de conversación, pero se explaya tanto que no hay tiempo para decir todo. Ya son casi las 8 de la noche, el barrio está oscuro y los perros ladran. No vale la pena recorrer el barrio, más vale volver un día en el que haya luz. Ese es el problema de hacer campaña en otoño-invierno. Los días son muy cortos.
La visita termina y Margarita vuelve al centro de Morón. “Hoy fue un día bastante light”, asegura. Y se la nota contenta por no tener que ir a ningún programa político. Igual su día no termina.
“Ahora voy a pasar por la peluquería, y en media hora vuelvo a casa. Tengo que hacer el tuco para la comida. Mis hijos son deportistas y tienen que comer mucha pasta. Después me voy a meter en mi Facebook. Ese es un problema, a veces me cuelgo hasta las 2 o 3 de la mañana escribiendo”. La estilista abre la puerta, y la candidata vuelve a la vida privada, pero por unas horas nomás.
Fotos: Daniela Andam