Ana tuvo dudas. Lógicas. Pero eligió confiar. El hombre que hace tres años había llegado a ver la casa que tenía en alquiler en Pablo Nogués en el partido de Malvinas Argentinas, asegura ahora, le hizo "el verso completo de la lástima".
"Este hombre me contactó de manera directa a través de la página web en que había publicado la casa en alquiler. Llegó con su mujer e hija. Me dijo que no tenían donde vivir, que no tenían garantía, recibo de sueldo, nada. Me hizo el verso completo de la lástima y yo confié" aseguró aminutouno.com Ana Mayer, una joven de 32 años que no duda en asegurar ahora "confiar fue lo peor que podría haber hecho".
Es que desde el mismo momento en que Gustavo Martín López se mudó a la casa que había heredado tras la muerte de su padre comenzaron los problemas que en las últimas semanas adquirieron un cariz mucho más preocupante.
Según contó Ana desde el comienzo López comenzó primero a pagar el alquiler con atraso, luego a saltearse los pagos y los buenos modos que había mostrado cuando intentó convencerla de que lo aceptara como inquilino lentamente comenzó a convertirse en malos tratos, actitudes patoteriles, que en el último tiempo se transformaron lisa y llanamente en abiertas amenazas contra ella y su pequeño hijo de 8 años.
"En junio del año pasado directamente dejó de pagar. Me dijo que se había separado y me dio a entender que fue a raíz de una denuncia por violencia de género que le hizo su ex pareja. Me dijo que tuvo que poner un abogado y se había quedado sin plata" contó.
Resignada Ana ya había dado por perdida esa plata pero esperaba que por lo menos el 31 de enero, cuando se vencía el contrato de locación, se terminara el suplicio. Nada más alejado de lo que le toca vivir ahora.
"Lo que no quería es que pasara lo que pasó ahora, no paga hace 7 meses, está en casa y ahora no lo puedo sacar. Pero lo peor es que me empezó a amenazar a mí y a mi hijo con mensajes que deja en sus estados de WhatsApp" contó.
Ana ya radicó dos denuncias una en la comisaría del barrio de Núñez y la otra en la fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires donde vive ahora. Presentó todas las capturas de las amenazas y aunque tuvo buena recepción le pidieron tener "paciencia".
Ante la denuncia por amenazas debe esperar ahora qué medida arbitra la fiscalía para garantizar su seguridad y la de su hijo, el dictado de una perimetral, un botón antipánico, una custodia. Por ahora sólo le queda esperar.
En tanto, en paralelo debe encarar un nuevo problema: recuperar su casa. Y en este punto Ana siente que llegó a callejón sin salida. "Me dijeron que tengo que empezar un juicio por desalojo, que no va a tardar menos de un año, pero que además no lo puedo empezar como particular sino que tengo que contratar un abogado. Estuve meses sin trabajo, ahora tengo, pero no me alcanza la plata para pagarlo. Intenté conseguir una representación pública pero como gano más de 12.500 pesos al mes, no califico y estoy obligada a contratar de manera privada. No sé cómo hacer" explicó Ana.
Y está convencida: "Si yo hubiera sido hombre estoy segura que no me hubiese tratado como me trató desde el comienzo como un patotero, insultandome y ahora amenzándome".
Tras las amenazas en la fiscalía le recomendaron bloquear a López en su celular. Sin embargo ello no alcamzó para que el hostigamiento cesara. Las amenazas siguieron llegando a través de otros dos números de celulares que ella siguó bloqueando de manera sistemática. Pero lo cierto es que López siempre encuentra la manera de hacerle llegar sus mensajes intimidantes.
"Siendo una mujer con un hijo chico no estoy tranquila y por el otro lado siento que estoy atada de pies y manos" aseguró Ana mientras intenta garantizar la seguridad de su familia primero y encontrar la vía para recuperar su casa después.