Sin poder distraer la atención de la prensa por el paro de los maestros, Michetti, figura decisiva para lograr este objetivo, resaltó que si daban el aumento a los docentes, obras como éstas y otras tantas, no podrían terminar. Para algunos, estas declaraciones forman parte de la verborragia verbal de Gabriela y para otros, un uso político de su problema.
Al día siguiente, el legislador ibarrista Eduardo Epszteyn denunció en el recinto a la medíatica funcionaria por su morbo. La silla de ruedas pasaba así al centro del ring cuando el diputado la conminó a “sentarse a dialogar con los maestros…” y desde la bancada macrista alguien le gritó: “Ya está sentada…”.
¿Perdón? Escuché bien, pensó este cronista estupefacto. Así es señores, el humor negro acaba de hacer su ingreso en la campaña de la Ciudad
Pero esto no quedó ahí. Más tarde, en el fervor de la lucha retórica por ver quién sobresalía más con su discurso, el diputado del Partido Federal en el PRO oficial, Martín Borrelli acusó a la oposición de colgarse del reclamo de los docentes y de la …, de la…, silla de ruedas de Michetti …”.
Hagan juego señores, empezó la campaña…, esto recién empieza.