Familia vive con siete tigres en una casa de barrio

Deja que siete tigres vivan en su casa, naden en su piscina e incluso que su nieta dé paseos en sus espaldas. Y ahora el brasileño amante de los felinos Ary Borges quiere construir un parque ecológico ahí mismo, en Maringa, cerca de San Pablo.

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El jefe de la familia asegura que estar tan cerca de estos enormes animales “no es peligroso” e insiste en que si se los trata con respeto, ellos responden bien.

La historia de Borges con los felinos comenzó cuando rescató a dos tigres de un circo hace ocho años y construyó un santuario en su jardín antes de iniciar un programa de cría. Pero se vio obligado a terminar su proyecto cuando las autoridades se dieron cuenta de que estaba criando estos grandes mininos sin un permiso.

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Entonces el hombre, de 43 años, dijo que nunca se preocupó por que sus hijas vivan junto a estos animales. "Tienes que demostrar respeto y amor, y ellos te lo devuelven", indicó.

Él y sus hijas Nayara, de 20 años, Uyara, de 23, y Deusanira, de 24, caminan junto a los tigres y los alimentan con carne directamente en la boca. Incluso les permiten que estén en la cocina durante la hora de comer y los dejan que se relajen en familia en la sala de la casa.

Increíblemente, Uraya (que también es entrenadora de perros), está feliz de que su pequeña hija Rayara interactúe con los gigantes depredadores sin precauciones mínimas de seguridad. "A Rayara le encanta jugar con los tigres, ve a mi padre interactuar con ellos y se vuelve loca", señaló.

27 de septiembre de 2013