Desalojaron un vivero que alimentaba a cuatro familias
Es un predio federal, pero personal de la municipalidad lo allanó y se llevó las plantas. “Nos robaron las herramientas y hasta el cofre con semillas”, explicaron a 24CON.
La barrera de Independencia en la estación de Morón es un hervidero de gente. Pasajeros de la línea Sarmiento se cruzan con los cientos de vecinos que se dirigen a tomar los colectivos que estacionan en la Plaza La Roche, o con los que vuelven después de hacer compras en los comercios del centro. Allí mismo se pueden conseguir, en puestos callejeros casi fijos, desde salamines hasta películas, pasando por medias, corpiños y guitarritas de madera.
Pero en la vereda de enfrente, la del ferrocarril, sin tránsito peatonal, se ubicada el vivero Martin Luther King. En una parcela mínima y de propiedad federal, un grupo de vecinos habían instalado un pequeño vivero.
Ofreciendo plantas, flores y hasta semillas, cuatro familias vivían del comercio del vivero. Además, ofrecían una mirada distinta, con colores y flores, en una de las zonas más sucias de Morón y con un tránsito insuperable.
Desde el año 1995, en que se plantó la primera semilla, allí se podían conseguir plantines y brotes. Nació como huerta y desde el 2002 es vivero. Primero como herramienta para paliar la peor crisis económica del país, luego como pasatiempo y oficio.
Pero no todo marchó bien para el vivero. El mes pasado una cuadrilla municipal acompañada por una decena de gendarmes, desalojó el predio e incautaron todas las plantas.
“El miércoles 17 de abril, al mediodía, llegaron tres camionetas de Gendarmería, dos camiones del municipio y una camioneta con gente de inspección del Municipio de Morón. Los gendarmes nos apretaron y los municipales entraron al vivero”, explicó a 24CON Ariel Burgo, uno de los cuatro vecinos que trabajan el vivero.
“Cuando llegaron quise agarrar unas plantas y guardarlas, pero un gendarme me obligó a dejarlas ahí. No me dejaron tocar nada. Entraron al vivero y empezaron a romper todo, entonces empecé a sacarles fotos. Rompieron las macetas, rompieron la estructura que tenemos. Un inspector gordito se colgó de nylon que tenemos para tapar las plantas y lo arrancó. Llenaron dos camiones con nuestras plantas. Nos dejaron una nota y se fueron. No hubo orden judicial, ni fiscal, ni nada”, narró sobre el ataque.
Ante la incertidumbre y la posible desaparición de su emprendimiento laboral. Los cuatro vecinos se dirigieron a la justicia. Según les explicaron, el municipio no tiene jurisdicción en el lugar por ser terrenos del ferrocarril, son predios federales. Empero, los ataques se repitieron. El 19 a las once de la noche, personal de la empresa Ferromel, terciarizada de la administradora de la línea Sarmiento, junto con uniformados de la Policía Bonaerense, volvieron a enfilar contra el vivero. “Volvieron queriendo destrozar todo. Le digo a la policía que no tiene jurisdicción, que es un predio federal. El policía me terminó pidiendo disculpas. Entonces llamaron a los gendarmes del andén, pero se negaron, no pueden dejar el andén. Se quedaron sin gente, sin fuerza, se fueron”, destacó Ariel. Pero pocos días después, el 21 de abril, volvió el personal del ferrocarril, y de vuelta el 1 de mayo hasta lograr terminar de llevarse todas las plantas del lugar. Hoy Ariel y sus compañeros siguen en el predio pero sin poder plantar nada.
“Estos muchachos cometieron delito federal. Vivo de esto, mi familia vive de esto. Tengo un amparo judicial para que no vuelvan. Se los mostré la última vez que entraron, pero se llevaron las últimas plantas igual. Nos robaron las herramientas y hasta los cofres donde teníamos las semillas. Cuando fui a la municipalidad a reclamar las plantas me pidieron facturas. Se las llevé pero tampoco me las devolvieron”, señaló.
Desde aquel día, los cuatro vecinos que trabajaban el vivero hacen guardia permanentemente para que no les limpien el lugar. De noche son los momentos más difíciles. Además, todos los viernes realizan una exposición en el lugar y el recuento de los últimos sucesos. Allí reciben el apoyo de los transeúntes y de los antiguos clientes. Iniciaron una colecta de firmas para poder plasmar concretamente el apoyo de los habitantes de Morón y han conseguido más de 7000 firmas que ejemplifican el “aval de la ciudadanía”.
“Pensamos que alguien del ferrocarril quiere poner un negocio acá. Sino no entendemos, el vivero no molesta. Es lo mejor que se ve en Morón, acá no vendemos marcas falsificadas, no lucramos a costa de otro, no hay acumulación de mercadería. Hay plantas, flores y nada más”, finalizó Ariel Burgo.
El grupo de vecinos, junto con personal de la municipalidad, tienen una audiencia el próximo 4 para intentar llegar a una mediación y que, con la presión de las firmas, puedan volver a tener su vivero allí mismo, donde está desde hace casi 20 años.
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