Lo buscaba toda su familia y él estaba con 4 prostitutas

Su padre hizo la denuncia y la policía comenzó a buscarlo. Pasó dos días borracho en un telo.

Un hombre mayor, desesperado, denunció el miércoles por la noche que su hijo, Hernán Almirón (35), había desaparecido en Salta el martes pasado a las 23.30, tras el partido de la Selección argentina con la de Chile.

El denunciante temía por la vida de su hijo y pensó que podría haber sido víctima de algún delito o secuestro, ya que conducía un automóvil VW Suran azul oscuro con vidrios polarizados, patente KOT 976, llevaba en su poder $5.000 y supuestamente había desaparecido sin dejar rastro alguno.

La denuncia, realizada en la comisaría del barrio Santa Ana de la capital salteña, activó de forma inmediata una circular que se remitió a las comisarías de toda la provincia y que puso en marcha un impresionante operativo de búsqueda, en el que se utilizaron centenares de hombres y vehículos de la Brigada de Investigaciones, de la División de Lucha contra la Trata de Personas, de la División de Seguridad Urbana y hasta de Gendarmería Nacional.

Ninguna de las acciones desplegadas aportó novedades sobre la suerte de Hernán Almirón, casado, padre de tres hijos, domiciliado en el barrio San Carlos y quien se desempeña en la tesorería de la empresa estatal Saeta.

Según publicó el diario El Tribuno, familiares y amigos del desaparecido empapelaron las calles con un aviso en el que se observaba su fotografía, se aportaban las características de su vestimenta y figuraban tres teléfonos para aportar información.

Transcurrieron las horas, hasta que finalmente el hombre apareció el jueves, alrededor de las 20.30, en un motel Las Palmeras, situado en el acceso a la ruta provincial 26.

Estaba en una habitación en compañía de cuatro prostitutas jóvenes, totalmente borracho y aparentemente obnubilado por consumo de otro tipo de sustancias.

En el interior del establecimiento, el supuesto "perdido" había comprado una gran cantidad de bebidas.


Dos días después de su desaparición, cuando caía la noche, decidió dar por terminada su prolongada fiesta. Sin embargo, antes de dejar su habitación en el “telo” cayó en cuenta que se había gastado $2.000 en alojamiento y que las chicas le habían ayudado a hacer desaparecer el resto del dinero que llevaba. Pero eso no era todo: cuando se disponía a dar arranque al vehículo descubrió que no tenía una gota de nafta, por lo que, desesperado, llamó a un amigo para que lo auxiliara.

El amigo, que también participaba en la búsqueda, dio aviso a la familia de Almirón y a las fuerzas policiales para desactivar el gigantesco operativo. Al principio el padre del hombre se alegró, pero cuando supo cómo y con quién fue hallado, se indignó.

 

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21 de octubre de 2012