Empezaron las indagatorias por la tragedia de Once
Declararán ante el juez funcionarios, trabajadores y empresarios por el accidente de tren.
El juez federal Claudio Bonadio comenzará a indagar a treinta personas, entre empresarios de la concesión del ferrocarril Sarmiento, funcionarios públicos y trabajadores ferroviarios, por la tragedia del pasado 22 de febrero en la estación Once, en la que murieron 51 personas.
Los dos primeros citados al despacho del juez en el cuarto piso de los tribunales federales de Comodoro Py 2002 son el presidente de la empresa concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA), Carlos Michele Ferrari, y el vicepresidente del grupo COMETRANS (controlante de TBA), Oscar Garibolglio, ambos a las 10.
Según el cronograma difundido por el juzgado, la ronda de interrogatorios se prolongará hasta el lunes 11 de junio, cuando en último turno el magistrado vuelva a indagar al maquinista de la formación siniestrada, Marcos Antonio Córdoba.
En la larga nómina de citados a declarar por Bonadio figuran los empresarios Antonio, Roque y Sergio Claudio Cirigliano, concesionarios de la ex línea Sarmiento desde su privatización en 1995, citados para el 4 y 8 de junio respectivamente.
También serán indagados los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el 8 y el 11 de junio respectivamente, y el subsecretario de transporte ferroviario, Antonio Guillermo Luna, el día 6 de ese mes.
Para sus interrogatorios Bonadio cuenta con una pormenorizada pericia técnica elaborada por una comisión integrada por los peritos Raúl Díaz, de la Corte Suprema de Justicia y dos profesores del carreras de ingeniería ferroviaria de la Universidad de Buenos Aires, Néstor Luzuriaga y Juan Alfredo Brito.
En su primera declaración, pocas horas después de la tragedia y apenas se repuso de las heridas sufridas, Córdoba declaró ante Bonadio que los frenos no le respondieron y que había reportado esas fallas en estaciones anteriores a Once.
Pero la pericia técnica determinó que “no pueden establecerse disfuncionalidades evidentes” en el sistema de frenado que “hayan constituido causa suficiente para la producción de la colisión”.
Los expertos habrían establecido también que en los últimos 350 metros de recorrido antes de impactar los frenos no fueron accionados por el maquinista, aunque según el mismo informe, éste se encontraba “apto para sus tareas habituales”.
La pericia entregada a Bonadio también determinó otras anomalías como que el freno de hombre muerto, que el maquinista acciona constantemente y en caso de no hacerlo la formación se detiene automáticamente, “presumiblemente antes de ingresar al andén, se habría anulado” por parte del conductor.
“No se ha encontrado a través de la pericia realizada que el resto de los sistemas de seguridad del tren hayan estado indisponibles para su utilización”, añade.
Luego del accidente, el gobierno nacional dispuso la intervención de TBA.
7 de mayo de 2012
Los dos primeros citados al despacho del juez en el cuarto piso de los tribunales federales de Comodoro Py 2002 son el presidente de la empresa concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA), Carlos Michele Ferrari, y el vicepresidente del grupo COMETRANS (controlante de TBA), Oscar Garibolglio, ambos a las 10.
Según el cronograma difundido por el juzgado, la ronda de interrogatorios se prolongará hasta el lunes 11 de junio, cuando en último turno el magistrado vuelva a indagar al maquinista de la formación siniestrada, Marcos Antonio Córdoba.
En la larga nómina de citados a declarar por Bonadio figuran los empresarios Antonio, Roque y Sergio Claudio Cirigliano, concesionarios de la ex línea Sarmiento desde su privatización en 1995, citados para el 4 y 8 de junio respectivamente.
También serán indagados los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el 8 y el 11 de junio respectivamente, y el subsecretario de transporte ferroviario, Antonio Guillermo Luna, el día 6 de ese mes.
Para sus interrogatorios Bonadio cuenta con una pormenorizada pericia técnica elaborada por una comisión integrada por los peritos Raúl Díaz, de la Corte Suprema de Justicia y dos profesores del carreras de ingeniería ferroviaria de la Universidad de Buenos Aires, Néstor Luzuriaga y Juan Alfredo Brito.
En su primera declaración, pocas horas después de la tragedia y apenas se repuso de las heridas sufridas, Córdoba declaró ante Bonadio que los frenos no le respondieron y que había reportado esas fallas en estaciones anteriores a Once.
Pero la pericia técnica determinó que “no pueden establecerse disfuncionalidades evidentes” en el sistema de frenado que “hayan constituido causa suficiente para la producción de la colisión”.
Los expertos habrían establecido también que en los últimos 350 metros de recorrido antes de impactar los frenos no fueron accionados por el maquinista, aunque según el mismo informe, éste se encontraba “apto para sus tareas habituales”.
La pericia entregada a Bonadio también determinó otras anomalías como que el freno de hombre muerto, que el maquinista acciona constantemente y en caso de no hacerlo la formación se detiene automáticamente, “presumiblemente antes de ingresar al andén, se habría anulado” por parte del conductor.
“No se ha encontrado a través de la pericia realizada que el resto de los sistemas de seguridad del tren hayan estado indisponibles para su utilización”, añade.
Luego del accidente, el gobierno nacional dispuso la intervención de TBA.
7 de mayo de 2012