Violencia en GH 2010: "La producción no nos cumple"

Los participantes del reality destrozaron la casa y los sancionaron quitándoles la mitad del presupuesto.

Los participantes rompieron accidentalmente micrófonos, focos de luz y hasta una cámara de la casa más famosa del país. Y la reacción del programa no se hizo esperar: en la gala de anoche, la voz de Gran Hermano les anunció en vivo que les quitaba la mitad del presupuesto que habían ganado en la prueba semanal.

“La decisión de Gran Hermano es darles por perdido el último desafío semanal, por lo que recibirán la mitad de lo presupuestado para la semana y de ahora en más cualquier episodio individual o grupal terminará en expulsión inmediata de la casa del o de los participantes involucrados”, pronunció la voz en off que representa al programa.


Después de conocido el castigo, Jorge Rial hizo su entrada para hablar con los “hermanitos”, que estaban indignados por la decisión. Lo que más les molestaba a la mayoría de los participantes era la acusación de que se habían comportado como vándalos y que se metieran con algo tan sensible como el dinero para su alimentación. “Vacíen la pileta, saquen ese SUM (salón de usos múltiples) de mierda, pero no se metan con la comida”, se quejó Emanuel.

La situación se fue poniendo cada vez más tensa y a medida que pasaban los minutos, a Rial le costaba imponerse entre tantos gritos destemplados. Intentando analizar la relación que existe entre la violencia de los chicos y lo que ocurre fuera de la casa, el conductor señaló: “Es lo que la sociedad ve cuando una diputada le pega a otro diputado y hay impunidad”, en alusión a la piña que Graciela Camaño le propinó a Carlos Kunkel meses atrás.

Cristian U, el participante que cobró notoriedad la semana pasada por la denuncia que pesa en su contra por presuntas agresiones, le recriminó a la producción la falta de cumplimiento de algunas pautas que figuran en el contrato que firmaron antes de ingresar. “Estoy pidiendo un psicólogo porque estoy alterado y no me lo dan, tengo la boca cortada hace dos días y no entró ni un enfermero. Además, hace unos días estuvimos seis chicos esperando que nos abran la puerta del confesionario y nos tuvieron horas sin respuestas. ¿No era que estaba abierto las 24 horas?”, lanzó.

Al reclamo se sumó Loreley, la chica que de pequeña se alistó en el Ejército y ahora tiene una agencia de modelos. “Yo no sé si tengo el pie quebrado y sólo me dan Ibuprofeno”.

“No crean que los estamos forreando; los estamos cuidando y estamos cuidando la casa de Gran Hermano”, dijo Rial mientras trataba de calmar los ánimos y pedirles a los chicos que “sean inteligentes y reflexionen sobre lo que hicieron. Con calentura no van a revertir esto”. “Con hambre tampoco”, le devolvió Martín Pepa.

“No tenemos música, ni gimnasio, ni juegos. Las guerritas de almohadas son una manera que tenemos de descargarnos en este período de aceptación”, apuntó Jésica. Cuando el conductor prometió que no se morirían de hambre por la quita de presupuesto, saltó Luz: “Hubo gente a la que le bajó la presión la primera semana, no es joda”.

Tras más de una hora y media de discusión que mostró un fuerte desacuerdo entre los participantes del reality show y los responsables de la producción, volvió la voz en off para contar que la sanción se suspendía y quedaba supeditada al voto del público, que mediante mensajes de texto tendrá en sus manos el poder de decidir si se mantiene o no.

Luego llegó la despedida de Ariana, que se fue con el 59% de los votos de la audiencia. Sus compañeros no parecieron conmoverse con su ida, porque minutos después siguieron hablando, en un estado casi asambleario, sobre cómo pararse frente a quienes están al frente del concurso.

Emiliano y Emanuel eran los llevaban la voz cantante y proponían convertirse en “plantas”: no participar de las actividades ni fiestas que les propongan, para que el programa pierda atractivo y con eso baje el rating. “Afuera se están cagando de risa; esto lo hacen para enloquecernos”, consideró Jésica. Y Cristian U agregó: “Que nos den algo para trabajar la cabeza porque nos están volviendo locos”.

 

3 de enero de 2010