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Una nena menor de edad aseguró que un sacerdote de la Iglesia Cristiana Ortodoxa Siriana, abusaba de ella en su propia casa, en el marco de otra causa en la cual prestaba declaración como testigo y se encuentra imputado el cónyuge de su madre acusado de lesiones y amenazas de muerte contra el padre de la menor.
En ese contexto, la fiscal Virginia Bravo, entendió la existencia de un delito y mandó las actuaciones a la Cámara para su sorteo. Así comenzó la investigación.
Según habría dicho la menor en su declaración, su madre y la pareja de ésta son asiduos concurrentes a un templo perteneciente a la Iglesia Cristiana Ortodoxa Siriana, ubicada en el centro platense, precisaron las fuentes.
Y en ese marco la mujer obligaba a sus tres hijos -entre ellos a la víctima- a concurrir al mencionado templo.
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Cada vez que la madre y el marido de la damnificada entendían que no actuaba la menor de acuerdo con los preceptos de la religión que profesaban, hacían ir a su casa de Berisso al encargado de la iglesia. "En rigor la máxima autoridad del culto", agregaron las fuentes.
El hombre, hasta el momento bajo la figura de imputado pero no procesado en la causa, llegaba y se encerraba en la habitación de la niña durante aproximadamente tres horas.
Dentro de la habitación se producían, entonces, los abusos que hace un tiempo la menor se animó a dar a conocer.
Mientras tenía lugar el encuentro entre el religioso y la menor, supuestamente la madre y el cónyuge aguardaban afuera, sin entrar en ningún momento en el cuarto.
Según las mismas fuentes del juzgado, desde el comienzo de la causa la menor fue examinada en dos oportunidades por los expertos. Y en ambos casos coincidieron en que "era veraz en sus dichos, no fabulaba y no mentía. Es decir que tenía una línea de razonamiento lógico".
La menor está viviendo actualmente con su padre, a raíz de que también fue víctima de lesiones y amenazas de muerte, en una causa que tramita en otra fiscalía platense, y en la cual el acusado es el cónyuge de la madre.
3 de noviembre de 2010
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