Florencia Bremer, secretaria de APANNA (Asociación Para el Nudismo Naturista Argentino), explicó a 24CON cómo ser nudista sin pasar vergüenza en el intento.
La playa querandí, como las quintas y otros espacios naturistas del país buscan permitir el contacto pleno con la naturaleza, tratando de eliminar las imposiciones de la sociedad. Primero los miedos, luego los tabúes, y al final la ropa. Todo queda tirado en el suelo.
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La playa recién arrancó al temporada 2010 y espera ir sumando visitantes con cada día de sol. Sin embargo todo aquel que quiera ser parte debe respetar el código de convivencia en el cual uno de los principales preceptos prohíbe cualquier manifestación sexual o erótica. “Querandí es una playa nudista familiar y el naturismo nada tiene que ver con el erotismo. A nadie se lo va a señalar si tiene una erección, pero no corresponde. Puede suceder con los que vienen por primera vez, pero realmente no pasa. Cuando venís te acostumbras. En un primer momento vas a ver gente desnuda, pero después somos sólo gente” aclaró la miembro de Apanna.
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El verdadero problema son los mirones: “hay gente que viene a mirar, desde lejos, con larga vistas. Todo cuerpo desnudo genera curiosidad pero nos molesta que nos vengan a espiar, la idea es estar en un ambiente natural y esta playa ayuda porque es casi virgen, el que viene buscando otra cosa se equivocó. Sin embargo algunos otros lugares confunden los principios del naturismo, “en Moreno hay una quinta nudista que es Eden que es parte de Apanna pero hay otra que se dice que confunde el naturismo, es un espacio para adultos para encuentros sexuales que nada tiene que ver con nosotros.
Este es un lugar de paz”.
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El sol se acerca al horizonte y la playa empieza a perder sus visitantes. Los pescadores se quedan pero ellos no tienen inconvenientes con el frío. Las ropas vuelven a sus lugares habituales y a su uso social, otra vez cubrirán los cuerpos.
Para mas información: playaquerandi.blogspot.com y www.apanna.org.ar