Un argentino en la Venecia del coronavirus: ¿paranoia o realidad?

Jerónimo Gonzalez Villanueva llegó a Venecia hace 12 días, para estudiar Diseño de Interiores en la Universidad IUAV di Venecia, como parte de un intercambio con la Universidad de Cuyo. Relata su experiencia en medio de la crisis del coronavirus en Italia.

"La pregunta recurrente que me hago todo el tiempo es: ¿cuánto de paranoia y cuánto de peligro real hay a que la epidemia del coronavirus llegue a Venecia?

La verdad es que no puedo encontrar una respuesta que me deje tranquilo. Por un lado veo como las restricciones de las autoridades son muy severas. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, suspendieron el clásico carnaval de mascaras, prohibieron las reuniones y fiestas privadas, extremaron los controles sanitarios a los turistas, y suspendieron por una semana las clases en la Universidad donde estoy cursando. Es decir, para las autoridades de la ciudad, el peligro parecería ser muy alto.

Pero por otro lado, esta mañana con un grupo de compañeros de estudio decidimos viajar a Murano y Burano - dos islas a 40 minutos en lancha desde el Gran Canal- y la sorpresa fue que en el camino nos encontramos con muchos turistas asiáticos recorriendo la piazza San Marco y sus alrededores. No eran los únicos, claro, vimos un movimiento turístico menor al normal, pero que se hace notar. Los negocios de todos los rubros están abiertos, y la vida en la ciudad parece mucho más normal de lo que trasmiten los medios.

Es cierto que el barbijo se hizo muy popular y casi todo el mundo lo usa. Pero más allá del barbijo, los severos controles en el ingreso a la isla, y el cierre de la Catedral, el Palacio Ducal y otros edificios públicos, los cincuenta mil venecianos - residentes fijos- y los turistas que siguen llegando, tratan de vivir con normalidad en medio del bombardeo mediático y las medidas rigurosas de las autoridades".

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