Virrey del Pino, el Cerro Uritorco del Conurbano
24CON se metió en lo más profundo de La Matanza y te cuenta cómo es la misteriosa Fundación de Romaniuk por dentro.
En lo profundo de La Matanza, en el Km 41 de la Ruta Nacional 3 de Virrey del Pino, todos los fines de semana confluyen a la misteriosa Fundación Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones (FICI) decenas de curiosos, enfermos terminales y fanáticos del mundo Ovni.
Entre un sin fin de elementos esotéricos se alza en plena zona rural “cargada de electromagnestismo” una monumental pirámide donde los visitantes acuden a armonizar su cuerpo mundano. En una entrevista brindada hace un año atrás a este cronista, Pedro Romaniuk, en su momento presidente de FICI, detallaba que Argentina es la tierra prometida que albergará a 350 millones de sobrevivientes (luego de la gran guerra que se avecina) y deslizó que el Hombre Gris del que tanto hablaba el Nostradamus argentino, Benjamín Solari Parravicini, podría ser Hugo Chávez.
El titular de la fundación, ex piloto de la Fuerza Aérea, había explicado que su vida cambió radicalmente cuando tuvo un espectacular accidente aéreo en 1947. “En ese momento viví toda la muerte, me despegué, pasé por ese túnel amarillento y verdoso hasta que llegué a una mesa muy grande, oblonga, donde había 24 ancianos. Dos de ellos son los que deciden si uno vuelve o no, luego de leer el libro energético que todos llevamos”. Así fue que Romaniuk decidió volver pero a partir de entonces una voz “interior del más allá” lo acompañaría por siempre.
La institución que en el año 2007 cumplió su 60 aniversario, funcionó primero en Capital Federal y desde mediados de la década del 80 en su actual emplazamiento. “La voz me indica los pasos a seguir, me ordena, no titubea, es rigurosa y estricta. Llegó un momento que me dijo formarás ese grupo en la Capital Federal. Después me dijeron buscarás una tierra en La Matanza” dijo Romaniuk, que vivió gran parte de su vida en Rafael Castillo.
La “entidad de bien público nacional” en la que se enmarca la Fundación tiene como simbología un plato volador dentro de una pirámide. El predio consta de una hectárea con mucho verde e instalaciones que incluyen un quincho, cocina, baños y oficinas. Además, por todo el terreno afloran formas de antenas piramidales que se traducen en especies de ermitas que incluyen imágenes de todas las religiones.
Sábado por medio, por curiosidad o necesidad, decenas de personas ingresan a la gran pirámide de unos 5 metros de altura porque “es una perfecta amplificadora de energía. Pero ojo, antes de entrar hay que meditar y limpiarse porque las vibraciones negativas también se multiplican adentro”, informó un colaborador de la Fundación.
En la cima de la pirámide se encuentra una enorme piedra de cuarzo, más abajo, un cobertor de resina de fibra óptica y está toda recubierta de láminas de cobre para potenciar la conducción energética. El interior está construido de madera y cuenta con un circuito cerrado de agua que descarga en un canal conectado con una fuente exterior, celosamente custodiada por una estatua de Jesús.
El entrepiso de la pirámide es su corazón energético: allí se alojan semillas y piedras de cuarzo de diferentes tonalidades que aluden a distintas vibraciones según la intensidad de los sonidos que se evoquen. “Se utiliza para las terapias alternativas y curativas, conozco gente que se curó de cáncer”, indicó uno de los asistentes al curso de Kabbalah Secreta Universal que se estaba dictando en ese momento.
Para muchos un charlatán y para otros un ser de luz, Romaniuk de 86 años escribió unos 25 libros, hizo 10 películas y su fundación tiene alcance internacional. Fue discípulo de Solari Parravicini, quien enumeró una serie de profecías para estas tierras. Al respecto el fundador de FICI había contado que el tiempo del Hombre Gris se acerca: “Viene un gobernante pero un señor gobernante, no un politiquero, un tipo como Hugo Chávez, Domingo Perón o Fidel Castro porque en Cuba no hay ladrones, ni drogadictos, ni secuestros y todo eso en sólo 50 años”.
“No habrá más sufrimientos, ni enfermedades, ni dolor, sólo hay que orar para que venga la justicia divina. Parezco loco pero yo sigo escuchando la voz que me sigue hablando y diciendo que falta muy poco para que la justicia divina se manifieste”, advirtió Romaniuk.
Polémico y misterioso
Pedro Romaniuk nació en Bahia Blanca y se consideraba semipatagónico. Fue consultado por varios ex presidentes y expulsado de Estados Unidos por decir a los cuatro vientos que el “Gran apagón de Nueva York” de 1965 fue producto de las actividades de un Objeto Volador No Identificado.
El titular de FICI explicó que mantuvo contactos con muchos mandatarios incluido Juan Domingo Perón. Si bien no tuvo suerte con los K: “Cinco veces quise hablar con el ex presidente Néstor Kirchner y otras seis veces con la entonces senadora Cristina Fernández pero no pude lograrlo”; Mejor fortuna obtuvo con el ex presidente Carlos Menem. “Él me invitó tres o cuatro veces a Anillaco para hacerme consultas pero no quiero decir la causa”.
Otro de los interesantes capítulos de la vida de Romaniuk fue su paso por Norteamérica. “De allí me echaron y no tengo vergüenza de decirlo. Mi único delito fue decir lo que vi y lo que me confirmó la voz... la presencia de un plato volador muy grande sobre la estatua de la libertad. Chuparon el neutro y se produjo el apagón. Fue una demostración de poder”.
Escribió unas siete páginas del hecho y envió copias a los principales diarios de ese país. “A los pocos días la CIA me detuvo, me golpeó y me mandaron de vuelta”, rememoró Romaniuk, meses antes de morir.
Entre un sin fin de elementos esotéricos se alza en plena zona rural “cargada de electromagnestismo” una monumental pirámide donde los visitantes acuden a armonizar su cuerpo mundano. En una entrevista brindada hace un año atrás a este cronista, Pedro Romaniuk, en su momento presidente de FICI, detallaba que Argentina es la tierra prometida que albergará a 350 millones de sobrevivientes (luego de la gran guerra que se avecina) y deslizó que el Hombre Gris del que tanto hablaba el Nostradamus argentino, Benjamín Solari Parravicini, podría ser Hugo Chávez.
El titular de la fundación, ex piloto de la Fuerza Aérea, había explicado que su vida cambió radicalmente cuando tuvo un espectacular accidente aéreo en 1947. “En ese momento viví toda la muerte, me despegué, pasé por ese túnel amarillento y verdoso hasta que llegué a una mesa muy grande, oblonga, donde había 24 ancianos. Dos de ellos son los que deciden si uno vuelve o no, luego de leer el libro energético que todos llevamos”. Así fue que Romaniuk decidió volver pero a partir de entonces una voz “interior del más allá” lo acompañaría por siempre.
La institución que en el año 2007 cumplió su 60 aniversario, funcionó primero en Capital Federal y desde mediados de la década del 80 en su actual emplazamiento. “La voz me indica los pasos a seguir, me ordena, no titubea, es rigurosa y estricta. Llegó un momento que me dijo formarás ese grupo en la Capital Federal. Después me dijeron buscarás una tierra en La Matanza” dijo Romaniuk, que vivió gran parte de su vida en Rafael Castillo.
La “entidad de bien público nacional” en la que se enmarca la Fundación tiene como simbología un plato volador dentro de una pirámide. El predio consta de una hectárea con mucho verde e instalaciones que incluyen un quincho, cocina, baños y oficinas. Además, por todo el terreno afloran formas de antenas piramidales que se traducen en especies de ermitas que incluyen imágenes de todas las religiones.
Sábado por medio, por curiosidad o necesidad, decenas de personas ingresan a la gran pirámide de unos 5 metros de altura porque “es una perfecta amplificadora de energía. Pero ojo, antes de entrar hay que meditar y limpiarse porque las vibraciones negativas también se multiplican adentro”, informó un colaborador de la Fundación.
En la cima de la pirámide se encuentra una enorme piedra de cuarzo, más abajo, un cobertor de resina de fibra óptica y está toda recubierta de láminas de cobre para potenciar la conducción energética. El interior está construido de madera y cuenta con un circuito cerrado de agua que descarga en un canal conectado con una fuente exterior, celosamente custodiada por una estatua de Jesús.
El entrepiso de la pirámide es su corazón energético: allí se alojan semillas y piedras de cuarzo de diferentes tonalidades que aluden a distintas vibraciones según la intensidad de los sonidos que se evoquen. “Se utiliza para las terapias alternativas y curativas, conozco gente que se curó de cáncer”, indicó uno de los asistentes al curso de Kabbalah Secreta Universal que se estaba dictando en ese momento.
Para muchos un charlatán y para otros un ser de luz, Romaniuk de 86 años escribió unos 25 libros, hizo 10 películas y su fundación tiene alcance internacional. Fue discípulo de Solari Parravicini, quien enumeró una serie de profecías para estas tierras. Al respecto el fundador de FICI había contado que el tiempo del Hombre Gris se acerca: “Viene un gobernante pero un señor gobernante, no un politiquero, un tipo como Hugo Chávez, Domingo Perón o Fidel Castro porque en Cuba no hay ladrones, ni drogadictos, ni secuestros y todo eso en sólo 50 años”.
“No habrá más sufrimientos, ni enfermedades, ni dolor, sólo hay que orar para que venga la justicia divina. Parezco loco pero yo sigo escuchando la voz que me sigue hablando y diciendo que falta muy poco para que la justicia divina se manifieste”, advirtió Romaniuk.
Polémico y misterioso
Pedro Romaniuk nació en Bahia Blanca y se consideraba semipatagónico. Fue consultado por varios ex presidentes y expulsado de Estados Unidos por decir a los cuatro vientos que el “Gran apagón de Nueva York” de 1965 fue producto de las actividades de un Objeto Volador No Identificado.
El titular de FICI explicó que mantuvo contactos con muchos mandatarios incluido Juan Domingo Perón. Si bien no tuvo suerte con los K: “Cinco veces quise hablar con el ex presidente Néstor Kirchner y otras seis veces con la entonces senadora Cristina Fernández pero no pude lograrlo”; Mejor fortuna obtuvo con el ex presidente Carlos Menem. “Él me invitó tres o cuatro veces a Anillaco para hacerme consultas pero no quiero decir la causa”.
Otro de los interesantes capítulos de la vida de Romaniuk fue su paso por Norteamérica. “De allí me echaron y no tengo vergüenza de decirlo. Mi único delito fue decir lo que vi y lo que me confirmó la voz... la presencia de un plato volador muy grande sobre la estatua de la libertad. Chuparon el neutro y se produjo el apagón. Fue una demostración de poder”.
Escribió unas siete páginas del hecho y envió copias a los principales diarios de ese país. “A los pocos días la CIA me detuvo, me golpeó y me mandaron de vuelta”, rememoró Romaniuk, meses antes de morir.