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Esther lleva recorrido un camino que deslumbraría hasta a el más erudito de los guionistas. Montaña Rusa, Ideas del Sur, Fox, Ser Urbano, Forenses, Fugitivos, Okupas, son algunos de los programas y marcas para las que entrega su pluma. Publicó AMADOS Y AMANTES, Sudamericana. LA PASIÓN A LOS CUARENTA, Sudamericana. AMORES EN TRÁNSITO, Editorial Galerna. ACALORADAS (No sólo de pasión arden las mujeres), Editorial Planeta. Sobre su escritora interior dice: “Para mi escribir es una fuente inagotable de felicidad, no lo vivo como una tortura. No sufro con la página en blanco. Debe ser que soy verborrágica por naturaleza y las palabras me suelen brotar a borbotones”.
Además de escritora, Esther es madre, esposa, ama de casa; una mujer que además de correr, se detiene, piensa, ama, organiza y explica. “Soy todas esas cosas sobre cualquier otra cosa. Soy casada, tengo dos hijos una de 23 que vive con su novio y otro de 15 que acaba de terminar segundo año del secundario. De la casa me ocupo todo lo que puedo, tengo a Tomy, la empleada de mi casa que me acompaña desde hace 15 años y con la cual formamos un dúo dinámico. Me encanta cocinar y los fines de semanas suelo preparar comilonas para los amigos. Me encanta recibir gente en mi casa y armar mesas largas con varias generaciones mezcladas. Lo que más me gusta hacer en la vida es ser feliz: trabajando, descansando, con mi familia, sola, ayudando a los demás, siendo ayudada. No importa lo que esté haciendo, si lo hago con buena gente y en buen clima.
Festejando con La Lola |
Hago lo mismo que todas las personas. De todo. Los que me conocen se suelen sorprender de la cantidad de cosas que soy capaz de hacer en un día. Corro o entreno todas las mañanas, luego trabajo en el programa de televisión, doy clases en el MBA de la Universidad de Palermo. Veo a mis amigos, me peleo con el administrador del consorcio, me compro ropa, libros, voy al cine o a cenar con mi marido y amigos, Ayudo a mis hijos en lo que necesiten, etc, etc.
Muchas veces la señora TV, aparece como el monstruo que devora a los escritores, o por lo menos la atención de sus lectores. ¿Cómo es esto de escribir para la tele? ¿Se trata de darle de comer al bicho malo para que no nos coma a nosotros?
Para mi escribir para televisión fue una elección. Yo siempre cuento la misma anécdota. Recibida de Licenciada en Letras era docente de la cátedra de Lingüistica cuando comienzo a trabajar como dialoguista de Montaña Rusa. Había nacido mi hijo menor y yo corría entre ambas cosas. En un momento la cátedra gana una beca del Conicet de dedicación exclusiva y yo tengo que optar entre una cosa o la otra. Era un problema. La academia o el monstruo devorador de escritores como vos lo llamas. Se lo consulté a un profesor que yo admiraba mucho de crítica literaria y el me aconsejó que viviera de mi pluma. Esta frase que seguramente él ni recuerda haberme dado signó mi vida profesional. Siempre viví y espero vivir de mi escritura. Eso, lejos de ser una carga, es un placer y una satisfacción muy grande para mí. El ejercicio que, como escritura te da la televisión, no te lo da nada. A lo mejor lo mas difícil es encontrar el equilibrio y hacerse el tiempo para escribir otras cosas. Yo siempre lo hago. Sé de muchos escritores que se dicen tales y que aún teniendo todo el tiempo del mundo no producen obras. "Uno es lo que hace", escribí en el protector de pantalla blanco y negro de mi primera computadora. Y me dispuse a la tarea de ser escritora escribiendo todos los días.
¿Los hombres colmaron tus expectativas en la vida?
Si, absolutamente.
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¿Amante o amada?
No debería responder a esto yo. A veces uno contesta una cosa y se equivoca. Se lo deberías preguntar a mi marido. Si me tengo que arriesgar digo que soy amada. A mí el amor del otro me enamora.
¿Se puede ser adicto al amor?
La palabra adicción suena a patológico y no me gusta demasiado. El adicto es compulsivo y la compulsión pocas veces lleva a la felicidad. Creo que el amor es el gran motor que mueve a las personas. Aunque hoy en día te encontrás con gente que dice muy fresca "te amo" y luego no hace nada con eso. Para que el amor exista hay que hacer con el amor... En cuanto a la pareja, creo que es el estado ideal de las personas siempre y cuando la pareja no sea tóxica. Así como yo puedo decir que soy lo que soy gracias al hombre que tengo al lado, que siempre me apoyó y me alentó a ir por más, también hay hombres o mujeres que se convierten en lastres. En esos casos vale el dicho: mejor solo que mal acompañado.
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Todo o nada. Depende de lo que veas cuando se termina el espejismo de la pasión. Mientras uno esta enamorado vive engañado por eso cuando se termina el amor se habla del desengaño amoroso. Dejas de ver al otro como un ser extraordinario y lo ves como lo que es. Una persona normal.
Si esa persona normal te gusta tenes la felicidad asegurada. El resto se construye día a día con dos ingredientes: el compañerismo (una palabra que esta muy subvaluada pero que yo creo que es la base de la pareja) y la tolerancia. Mi padre me enseñó que para vivir con otro siempre tenes que pensar que: si para el otro es importante y para vos no se juega tu ética...hacé lo que para el otro es importante.
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¿Pórque Amados y amantes? ¿Para qué? ¿Para quíen?
Este libro tiene varios padres. Nace de mi interés permanente por las formas que adquieren las relaciones de pareja, por mi avidez por tratar de entender algunas actitudes de los varones y de las mujeres. También nace de mi libro anterior, "La pasión a los cuarenta- historias de mujeres de cuarenta con hombres de todas las edades" en el cual recopilé, adapté y ficcionalicé historias reales. Una vez publicado ese libro, las historias me siguieron llegando y yo seguí armando historias y luego empecé a pensar un elemento que las aglutinara y tal como dice el prologo del libro llegue a una conclusión de Perogrullo, en las relaciones hay hombres que aman y otros que se dejan amar.
A partir de esa premisa juego con una clasificación de los distintos amados y de los distintos tipos de amantes. Todo desde una mirada irónica y risueña. El para qué de un libro es casi un misterio. El para qué del arte lo es. Mi única pretensión es entretener, divertir al lector y, si además logro que mi libro provoque alguna reflexión en alguien, estoy más que feliz. El para quien te diría que para hombres y mujeres que están, estuvieron o quieren estar en pareja. Entre los 25 y los 100 años.
¿Te consideras una artista?
Es la más dificil de las preguntas. La palabra artista dicha alegremente me parece superficial y un poco pretenciosa. La mayor parte del tiempo me siento una artesana con mucho oficio, amor hacia mi profesión y con una cuota de inspiración y en algunos momentos mágicos siento que aparece el arte en lo que hago y por esos instantes me siento una artista.
19 de diciembre de 2008