Estas son las 6 formas que existen:
- El sudor: El sudor constituye un excelente mecanismo. Es la forma que la evolución ofreció a los seres humanos y, por ende, la más conocida. Pero también podemos encontrarla en otros miembros del reino animal, como los primates superiores y los caballos. Está constituido por potasio y sales minerales, y se segrega en las llamadas glándulas sudoríparas. Se elimina a través de la piel, permitiendo que se reduzca la temperatura del cuerpo. Es una vía que permite correr grandes distancias a altas velocidades. Esa es la razón por la cual los organismos que sudan poseen tanta resistencia a los maratones.
- Vibraciones guturales en las aves: El mecanismo que mantiene frescas a las aves son las vibraciones guturales. Suena raro sin dudas, pero es cien por ciento eficaz. Con dichas vibraciones, las membranas de la garganta se exponen al aire, produciéndose una mayor evaporación y, por tanto, una reducción de la temperatura corporal. Pelícanos, palomas y búhos son ejemplos ilustrativos de estas vías.
- ¿Por qué jadean? El jadeo es otra de las formas sorprendentes que tienen los animales para refrescarse. Al inhalar aire este se pone en contacto con las membranas que recubren la garganta y los pulmones, de lo que resulta una evaporación y luego un descenso de temperatura. Magnífico enfriador natural para organismos que al respirar emplean energía y aumentan su calor interno.
- El barro: Desde luego, si usted es un animal que no suda, la naturaleza debe haberlo proveído con otros mecanismos para refrescar el cuerpo. Aprovechar el barro puede ser uno de ellos. Criaturas como los cerdos, los búfalos, los hipopótamos o los elefantes encuentran particularmente agradable revolcarse en lugares fangosos, pues les permite reducir el calor. El agua del barro se evapora en contacto con la piel animal y la temperatura baja considerablemente.
- La defecación: Algunas aves, como las cigüeñas o los buitres, defecan en sus patas para reducir la temperatura del cuerpo. Sus heces son básicamente líquidas y realizan la misma función que el sudor en otros animales.
- Las largas orejas de la liebre: pueden resultar muy simpáticas, pero para la naturaleza su función no es estética. Por su interior se extiende una red de venas que permite regular la temperatura del cuerpo. Cuando esta es menor que la del entorno, dichas estructuras se dilatan. Al aumentar el radio, los niveles de temperatura decrecen considerablemente. Los elefantes también poseen orejas inmensas con igual funcionalidad.
24 de febrero de 2015
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