A Karina Jelinek se le fue la mano y quedó justo ahí
¿Fue un error de cálculos o un cariño premeditado?
Esta vez, la infartante morocha no fue noticia por mantener conversaciones conflictivas con sus colegas ni por hacer alguna acotación graciosa y sin sentido, sin embargo, no perdió el tiempo y utilizó sus manos para tantear que su marido esté a su lado, en la fiesta que organizó la revista Gente.
21 de enero de 2012