Temporal causa destrozos en calles, autos y edificios
Se registraron grandes caídas de árboles en varios barrios porteños debido a los fuertes vientos y la abundante caída de agua.
Un fuerte temporal que se registró esta madrugada en la Capital Federal provocó la caída de gran cantidad de árboles sobre vehículos estacionados y voladuras de techos, en los barrios de Colegiales, Caballito y Palermo, pero los daños más graves fueron en Villa Lugano.
La lluvia fue más intensa alrededor de las 2.30 con fuertes vientos, que provocaron la caída de "muchos árboles arriba de autos y la voladura del techo de un supermercado", confirmaron a Télam fuentes de la Guardia de Auxilio porteña.
Por su parte, el director de Defensa Civil, Daniel Russo, precisó en declaraciones a Radio Mitre que "la voladura del techo afectó a 4 torres de edificios, de unos 8 pisos cada una, cuyas chapas golpearon debido a los fuertes vientos, que en ese momento llegaban hasta los 80 kilómetros por hora".
El temporal voló el techo de chapa de un supermercado Jumbo de Lugano, donde un vecino dijo que "se ve que el viento embolsó el techo" y explicó a C5N que escuchó "un ruido que fue como un estruendo".
"Esto parece de película", dijo el hombre mientras miraba las chapas que quedaron retorcidas por la fuerza del viento como si fueran de cartón, que también voló aires acondicionados de los edificios y causó daños en sus paredes.
En el lugar, se dispuso el corte de luz, de gas y posteriormente de agua, para evitar posibles accidentes. Asimismo, las chapas dañaron gravemente los automóviles que los vecinos mantienen estacionados en la zona, a tal punto que una viga de chapa se incrustó en la puerta de un taxi.
En tanto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) reportó fuertes tormentas que se irán desplazando durante el día de sur a norte en la Capital Federal y anunció el cese de alerta por tormentas en la Ciudad de Buenos Aires.
02 de marzo de 2013
NOTAS RELACIONADAS
MDQ: Nadó sobre su auto para salvarlo del granizo
Desesperado no se le ocurrió mejor manera para evitar los bollos, aunque no salvó el capót ni el baúl.
