Creen que una mafia hace desaparecer gente para quedarse con sus campos

El silencio une a los tres casos. La ausencia del dueño de casa, los rumores y las idas y vueltas en la investigación y la familia desesperada, son otros factores comunes.

Primero fue el caso de Ana Luisa Stummer, quien fue primero desaparecida y luego asesinada para poder ocupar su campo. Recién después de un año de investigaciones se pudo dar con el cuerpo calcinado de la anciana. Había sido vista por última vez el último día del 2010. Unos trabajadores de su finca fueron los principales sospechosos, quienes días después de la ausencia de la mujer seguían en el campo. Un extraño pedido los delató: solicitaron en unas cubiertas viejas en un taller mecánico cercano para “quemar un chancho”. Las cenizas de Stummer confirmaron las peores sospechas.

Como si se tratara de un juego de azar, luego llegó el turno de un estanciero. Carlos Villagra desapareció el 25 de marzo de 2011, también sin dejar rastros. Otra vez los ocupantes de su campo son los principales sospechosos. Villagra había alquilado un galpón ubicado en el límite de su terreno a unos vecinos que los utilizaban para hacer ritos umbanda. Con la ausencia del estanciero, los inquilinos ocuparon toda la finca y se instalaron en la casa del desaparecido. Villagra todavía no apareció y no hay datos precisos sobre su paradero. Tras la presión de la familia y de los medios de prensa, los inquilinos reconocieron el vencimiento del contrato de alquiler y entregaron las llaves de la quinta. Sin embargo, la familia revisó el lugar y denunció que faltaban pertenencias de Villagra.

Los dos casos fueron llevados adelante por personal policial de la Comisaría de San Miguel del Monte y uniformados de la DDI de La Plata primero, y la DDI de Brandsen después, a cargo del Comisario Inspector Ubaldo Fuenzalida. Por parte de las familias de los desaparecidos, los dos casos fueron tomados también por la ONG Comisión Esperanza que se especializa en la búsqueda de personas desaparecidas bajo la dirección de María Esther Cohen Rua.

La desaparición de dos personas bajo los mismos métodos y casi con los mismos fines llamó la atención e incitó a unir los casos bajo un mismo perfil de investigación. Ahora, a dos años de la primera ausencia, una nueva desaparición vuelve a conmocionar al pequeño pueblo de San Miguel del Monte.

Carla López tiene 37 y vive en su quinta del paraje de Cuatro Bocas, en el límite de San Miguel del Monte con la localidad de Ranchos. Allí mismo se la vio por última vez a mediados de junio, cuando su familia viajó a otra provincia y la dejó sola. “El padre se fue a La Pampa a mediados de junio. Y la familia presentó la denuncia cuando regresaron y la casa estaba vacía”, explicó a 24CON el comisario Raúl Alejandro Ingenieri.

Puesto policial de Cuatro Bocas

Tras la ausencia de la mujer varias veces se habló del hallazgo de su cuerpo. Primero sin vida en una ruta, luego desmembrada. “Son sólo rumores. Nos avisaron de que había una mujer apuñalada en un basural en Ranchos, pero no encontramos nada. No son ciertos, son rumores solamente”, desmintió el uniformado.

El personal policial realizó allanamientos en la zona, y rastrillajes con caballos y perros pero no dieron con ningún rastro de la joven. Según publicó el portal Multimedio Digital, de la ciudad de Ranchos, uno de los principales sospechosos es una antigua pareja de López, identificado como Juan Carlos Oporto. Personal de la Subcomisaría de Ranchos realizó un allanamiento en el domicilio de Oporto pero no habría encontrado información importante.

El último contacto con Carla fue el 16 de junio pasado cuando mantuvo una breve charla a través de mensajes de texto con su hermana Carina, aunque no denotó ninguna preocupación ni intenciones de ausentarse de su casa.

“La desaparición con trágico final de Ana Luis Stumer, la ausencia con presunción de crimen de Villagra Suárez y ahora la desaparición de esta joven hacen temer por la seguridad reinante en San Miguel del Monte", expresó a 24CON Cohen Rua. “Sumado a esto están los rumores sobre la aparición de una mujer descuartizada que ignoro si tiene relación con la desaparición de Carla López”, finalizó.

La búsqueda de los rastros de la joven continúan en toda la zona mientras la familia busca más apoyo desde La Plata.

Carla Andrea López nació el 5 de agosto de 1974, tiene cabello largo rubio. Ojo derecho blanco en su totalidad y desviado, mientras que el ojo izquierdo es marrón. Labio leporino y se ignora la vestimenta que llevaba al momento de su desaparición, según describieron fuentes policiales.

 

18 de julio de 2012

 

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