|
Ramírez dio su testimonio en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, según informó la Federación Argentina Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT).
Cuando tenía 22 años, fue raptada por los represores en Camino de Cintura y trasladada a la comisaría de Lavallol, donde fue sometida a una perversa selección en la que “las más bonitas” eran llevadas al centro clandestino de detención de Banfield. Una vez allí, sufrió torturas y hasta presenció el parto de una de sus compañeras detenidas.
Su declaración tiene como objetivo resaltar la persecución que sufrieron los gays, lesbianas y transexuales “para que deje de estar ausente de los libros” que analizan ese período de la historia.
"Sufrí violaciones para poder acceder a la comida o ir al baño. Nunca sentí miedo de morir. Vi la tortura y tuve que callar para poder seguir. Nuestras vidas no valían nada", relató Valeria.
Durante la sangrienta dictadura, las personas trans eran llevadas a los centros de detención y torturadas con saña. Su historia no quedó reflejada en el informe “Nunca Más” de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
Casi treinta y cinco años después de su terrible padecimiento, Valeria se animó a contar lo sucedido. “Recién ahora puedo hablar. Me siento un poco más protegida, porque además, antes, ¿a quién podía interesarle?”, se pregunta. “Para las personas trans aún no ha llegado la democracia”, se lamenta.
Y recuerda: “La segunda vez que recuperé la libertad, mi abogado me dijo que si quería seguir viviendo me fuera de esa zona”.
Hoy, Ramírez es la Coordinadora del Área Trans de la Fundación Buenos Aires Sida. “Me llevaron porque eran unos soretes” refelxiona.
Notas relacionadas:
El acto coincidió con el aniversario de Noche de los Lápices. El Pozo fue el epicentro de aquella fatídica noche del 16 de septiembre de 1976.