Todos los misiles rusos apuntan al fiscal
“Cuando se llevaron las armas, nos dijeron en la fiscalía que iban a enviar un informe al Renar, yo después fui al Renar y no habían enviado nada. Si con el arma que me habían robado mataban a alguien, caía yo porque seguía a mi nombre. Es que Bidone es el señor encargado de inculparnos a nosotros. Un día me llamó a la fiscalía, fui y me hizo esperar dos horas. Me citó a las 11 de la mañana, pero recién me atendió después de las 13. Nos sentamos en su oficina y había tres fiscales mas, me preguntó si yo tenía algo que hacer, le dije que si, pero me volvió a preguntar y me pidió que quería ver mi casa. Le dije que si, lo terminé invitando a mi casa. Fuimos en un auto de la fiscalía y cuando estábamos haciendo el camino a mi casa se nos sumó un móvil de la Gendarmería, era un auto de forenses. Bidone me había tendido una trampa, me había hecho esperar para que llegara el móvil forense, eso lo entendí después. Llegamos a mi casa, le abrí el portón al fiscal y entró la Gendarmería, y empezaron a revisar todo, llamaron a dos testigos y los dejaron en la puerta de mi casa. Los gendarmes parecían monos, revolvieron todo. Pero como no era un allanamiento les dije, ‘si quieren ver algo yo se los muestro’, pero no, siguieron revolviendo, era un allanamiento. Cuando me rompieron una lámpara dije basta, y no se fueron, Bidone se encerró en el auto y los gendarmes siguieron con el allanamiento.
Los problemas y enfrentamientos con los investigadores no sólo se dieron con los dos prófugos, sino también con los demás integrantes de la familia: “mi hermano Andrei vive en otra casa, el dueño de esa casa se llama Alejandro y tenia un auto, bastante viejo ya. El fiscal Bidone lo secuestró por una supuesta deuda que mantenía con una empresa, pero según me informaron a mi, le dijo que si dice donde estamos yo y Sergei le devolvía el auto… actúa como un mafioso este tipo”.
Ante tantos inconvenientes Ilia trató de buscar ayuda legal, pero fue poco lo que consiguió:“Yo me acerqué a un abogado, fui al consulado y denuncié que me habían llevado la documentación personal. El consulado buscó un abogado porque al llevarme el pasaporte se violaron los derechos del estado ruso, porque el pasaporte no es mío, es del Estado. Bidone me sacó los documentos para que no pueda salir del país, pero no me los podía retener. Por otro lado, fui a derechos humanos de Moreno, y ellos también iban a poner un abogado. Y yo mismo me presenté en la fiscalía de Moreno hice la denuncia por el allanamiento ilegal”, aun cuando pudo radicar las denuncias no pudo evitar ser el principal sospechoso.
Agobiado por la persecución planteada por el fiscal decidió alejarse. Con su hermano se fueron a las termas de Rio Hondo en Santiago del Estero, pero cuando se enteraron que Bidone había ordenado su captura y detención, continuaron viaje hasta cruzar la frontera a Bolivia por Salta.
20 de enero de 2011
Nota derivada:
"Volver y entregarme ahora sería firmar mi sentencia de muerte"
Su madre murió en un charco de sangre. A su hermana "la tragó la tierra". Su otro hermano está prófugo como él. A ambos busca Interpol. Hoy, desde su refugio clandestino, cuenta su verdad a 24CON.