El caso de Sonia Palavecino, presidenta de la Fundación para el Desarrollo Humano y Productivo (FUNDEHP), es paradigmático. Sonia es una mujer con fuertes convicciones políticas por lo que publicaba en su perfil de Facebook sus opiniones acerca de acontecimientos públicos.
A un hombre, identificado como Christian Rojas, no le gustaron los post de Palavecino y, lejos de los códigos de convivencia de la red social, comenzó a insultarla, amenazarla y perseguirla. Una pesadilla que se profundizó cuando el acosador, ante la pasividad de su víctima, resolvió hacer lo mismo con amigos y familiares de Sonia.
Y ese fue el límite que cruzó en la psiquis de su víctima. En ese instante, el acoso comenzó a preocuparla. Sobretodo, cuando Rojas creó un perfil falso con los datos de Sonia. Es decir, robó su identidad. Así, creó “Sonia Palavecino III” y “Sonia Palavecino II”, perfiles con los que difama a su víctima y agrede a sus conocidos y desconocidos.
El caso fue dado a conocer por Radio Fénix, un medio de La Rioja que subraya la denigración que padeció Sonia como mujer y como persona durante todo el proceso. En tanto, ella debe quedarse de brazos cruzados ante el acoso de un hombre que se escuda en el anonimato. “Internet es una herramienta fabulosa, pero tiene sus contras”, reflexiona Palavecino.
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“Yo creo que las diferencias ideológicas que manifiesta es una excusa para expresar la violencia interna que tiene contenida. El anonimato le da esa ventaja, puede decir lo que quiera. Me produce mucha impotencia, porque lo bloqueo, lo elimino, lo denuncio, pero siempre sigue apareciendo con otros nombres. Se ensañó conmigo. Me siento perseguida y me afectó cuando comenzó a mandar mensajes amenazadores también a mi hijo, Leandro”, detalló Palavecino a 24CON.
Por ejemplo, este mensaje de quien se hace llamar Rojas (tiene otras máscaras) evidencia la virulencia respecto al género: “Che P*ta de mi**da, dejate de joder, aca el unico que tiene por**ga soy yo!!!! vos tenes c**cha, perra!!!!!!!” (sic).
Incluso, el acosador también demostró ser racista cuando señaló en una foto de Leandro: “Negrito barato, la remera de Nike no te queda”.
¿Existe alguna posibilidad de que las amenazas virtuales se cumplan? "Me dijo que iban a venir a buscarme, pero no creo que lo haga”. Sin embargo, Sonia es consciente de que se convirtió en una víctima de violencia de género. “A raíz del trabajo en la Fundación, puedo darme cuenta que las características del acosador corresponde a la violencia doméstica que sufren numerosas mujeres y sé que esto que me está pasando a mí, les pasa a muchas más. Me siento vulnerada y humillada y con mucha rabia viendo cómo se mueve. Pero creo que en estos casos no hay que tener miedo. Hay que ser valientes y enfrentarlos por eso lo quiero denunciar y escracharlo, para que no molesta a nadie más”.
Atada de pies y manos, en el mundo virtual, Palavecino debe “aguantarse” las agresiones de Rojas, tal como sucede, en muchos casos, en el mundo real: en 2008, 207 mujeres fueron asesinadas por sus maridos o parejas, según datos de la Asociación Civil La Casa del Encuentro. En ese sentido, Amnestía Internacional reveló una cifra que alarma: cada cinco días, dos mujeres mueren en manos de sus cónyugues.