Consecuencia del fenómeno del niño, recalentamiento global u otras causas este febrero resultó uno de los más "llovedores" conforme los registros meteorológicos.
La cierto es que la acumulación de agua en calles y avenidas es la consecuencia evidente de estas tormentas copiosas que acumulan milímetros en minutos.
En San Martín aquellas zonas afectadas por inconvenientes hidráulicos, que dependen del comportamiento del arroyo Medrano – Villa Lynch, Paggio, parte de Planta Urbana y, sobre todo, Villa Maipú vieron que el agua se acumulaba en la calle pero que se deslizaba naturalmente en su curso natural.
Expertos de varias inundaciones explican que la copiosa lluvia no coincidió con la pleamar de Río de la Plata como tampoco sopló sudestada.
La corrección de la salida del arroyo al río, ahora orientada al oeste, es otra de las causas de un mejor escurrimiento.
Otros de los lugares que recorrimos fue la zona del cementerio municipal donde hubo que abrir los portones de la calle Ramón Falcón. Lo que trajo el agua, según comentarios fueron elementos de todo tipo -a más de bolsas de basura, maderas- hasta una cocina en desuso. Esto taponó los desagües subiendo en nivel en una galería de nichos. Todo se esta subsanando con aplicación de maquinas y equipos.
Cuando la lluvia cae con persistencia y las calles se inundan, porque los sumideros son superados, algunos vecinos consideran que este aluvión es lo que necesitan para sacarse la basura de la casa.
Y ahí salen flotando bolsas, mas bolsas, botellas plásticas, objetos diversos, que a los pocos metros van a taponar el ya insuficiente sistema de drenaje.
Es una actitud no puede comprenderse, a la lluvia torrencial agregarle la roña que se puede eliminar normalmente.