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La neurocirujana, de 66 años, fue autorizada el viernes a viajar a Argentina donde vive su único hijo, dos nietos y su madre, Hilda Morejón, de 90 años, a quien el gobierno cubano le permitió viajar en mayo de 2008 y actualmente se encuentra muy enferma.
"Yo le agradezco como persona al gobierno cubano, como familia, pero lo debían haber hecho hace 15 años (permitirle viajar). Lo que sería bueno es que todos los cubanos pudieran salir del país", manifestó la médica disidente a la prensa.
Molina, militante del Partido Comunista (PCC, único) en los años 80, sostiene que la negativa a concederle el permiso de salida de la isla fue una especie de "venganza" o "escarmiento" porque "renuncié hace 15 años" como directora del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN).
Según Fidel Castro, fue destituida en 1994 bajo acusación de querer apropiarse de la institución en caso de caída del socialismo; pero Molina afirma que renunció por estar en desacuerdo con prácticas médicas contrarias a su credo católico, y se convirtió en férrea opositora al régimen comunista.
"Pienso regresar (a Cuba), ojala que mi mamá mejorara para volver las dos juntas. Ni me voy a dedicar a la política, ni voy a hacer política, ni grupos anti-castristas. Yo sirvo para ver enfermos", aseguró Molina en el aeropuerto, adonde acudió acompañada por amigos.
La situación de la médica tensó en 2005 las relaciones entre La Habana y Buenos Aires.
"Quisiera que el señor Fidel Castro mejorara, que viva en paz y que el general Raúl Castro tuviera también ideas que mejoren las cosas que yo creo que deben mejorar en Cuba", expresó Molina.