Pocos meses atrás en el calendario, la nena Rubina Ali (9) disfrutaba de las mieles hollywoodense tras el éxito consumado por Slumdog Millionaire, película con la que la pequeña se hizo acreedora de las estatuillas más prestiogosas otorgadas por los premios Oscar. Hoy, aquel parece tiempo pasado y lejano. Su presente se asemeja más a la cruda realidad por el film ejemplificada que a la de una star. Además, Hollywood quedó lejos, Rubina volvió a su lugar en el mundo junto con su familia, la India, tras la consagración.
Reinsertada en el Slum (la villa que habita la joven actriz) e inmersa en una crisis familiar imposible de costear según el entender de sus padres, Rafiq Qureshi -padre de la menor-, ella se presentó como una posible solución a los problemas del hogar. Pobre. El señor Qureshi decidió "poner en venta" a su hija, y la ofrece en adopción a quien sea capaz de desembolsar 300 mil dólares por ella.
Como informa News of the World, el padre de la joven estrella de cine dijo: "Yo tengo que considerar qué es lo mejor para mí, para mi familia y para el futuro de Rubina".
Si bien este tipo de adopciones son ilegales, en India es común que los padres vendan a sus hijos porque, en uno de los lugares más pobres del mundo, muchas veces los niños son tratados como mercancía y no como seres humanos. Una real pena, una verdadera crisis mundial.
19 de abril de 2009.