Se trata de Verónica López, una nutricionista de Pinamar que se mudó a Mar del Plata frente al constante acoso de otras mujeres que la acusaban de acostarse con sus maridos. La agresora fue bautizada como la Loca de los Penes.
Una nutricionista de Pinamar tuvo que mudarse a Mar del Plata luego de ser escrachada por un grupo de mujeres que realizó pintadas ofensivas en su casa y llegó a secuestrar a su gato, acusándola de haberse acostado con sus maridos.
Se trata de Verónica López, quien sufrió por diez meses el acoso de estas mujeres que crearon un grupo de WhatsApp para denunciar que había mantenido relaciones con sus parejas, pasando por peligrosas situaciones de amenazas y agresiones.
Incluso, una de ellas realizó pintadas con forma de pene en el frente de su casa y en otros lugares que frecuentaba en Pinamar, por lo que en esa ciudad balnearia se hizo conocida como"la loca de los penes".
Según relató la mujer, además de ese agravio, la llamaron sistemáticamente para agredirla, le rayaron el auto y le lanzaron una bala con una gomera. Pero el detonante fue otro: "Tomé conciencia de la gravedad luego de que agarraron a mi gato por la ventana y lo secuestraron. Yo lo trataba como si fuera mi hijo y todavía no apareció".
Ante este panorama, Verónica hizo la denuncia ante la justicia en marzo, cuando la violencia iba en escalada, pero recién hace unos días el fiscal se declaró incompetente por ser amigo de una de las mujeres que la persiguen.
"No quería que vayan presas, sólo que les digan que no me molesten más, pero el fiscal estuvo durmiendo la siesta y ahora volvió todo a foja cero, en otra Fiscalía", advirtió en diálogo con FM Pulxo.
Mudanza
Debido al creciente tenor de las agresiones, la víctima decidió irse a Mar del Plata ya que había pedido restricción y custodia, "pero sólo me ofrecieron un ?rondín' y nunca apareció". Ahora, reconoció que "estoy en un lugar más seguro, antes vivía encerrada y con miedo".
Verónica contó que ya tiene identificada a tres de las mujeres que la perseguían, que en total serían ocho y se unieron en un grupo de WhatsApp para coordinar las pintadas en su casa y en los lugares que frecuenta, así como las llamadas y los ataques.
"Yo salí con ciertas personas cuando estaban separadas. Una de las mujeres me dijo que quería recomponer su pareja y cada vez que el tipo la deja, piensa que volvió conmigo. Pero yo hace años que no lo veo", relató.
A la izquierda, el frente de la vivienda de la nutricionista, que debió mudarse a Mar del Plata tras los numerosos escraches.