Colas, largas colas en todas las estaciones, para conseguir el preciado metal en las ventanillas dispuestas para el cambio. No paga un viaje al cielo, pero hay que subirse al andén o al escalón por necesidad.
Si había que salir con anticipación de casa porque llegar a horario puede ser una odisea ante un tránsito y servicios caóticos, la falta de monedas terminó de robarle los cinco minutos de "fiaca" al sueño.
Para paliar la situación, se encuentran en estudio una serie de proyectos de creación de tarjetas magnéticas unificadas para colectivos, trenes y subtes, tal como tienen desde hace años en provincias como Mendoza y Córdoba.
Varias asociaciones representantes de consumidores se hicieron eco del malestar por la escasez del metal. Al respecto, la titular del Centro de Educación al Consumidor (CEC), Susana Andrada, señaló que "el único responsable" es el Banco Central de la República Argentina, que debe "investigar" qué está sucediendo.
"Hay un gran agujero negro con el tema de las monedas. Hay cientos de millones de pesos y centavos que no se sabe dónde están", denunció Andrada. No obstante, señaló que hay dos versiones: por un lado que las monedas están circulando en los comercios, y por otro que se están realizando exportaciones al mercado negro, donde son vendidas por el valor del bronce y el níquel con el que están confeccionadas.
Sin embargo, "el BCRA asegura que las monedas están", enfatizó la titular del CEC. Y remarcó que "lo único que sabemos a ciencia cierta es que la ley indica que cada persona tiene el derecho a cambiar hasta $50 de monedas en cualquier entidad bancaria".
Los bancos no sueltan las monedas, aunque el Central asegura que volcó un total de 524 millones de unidades de todas las denominaciones en 2008 en el sistema financiero, un 13% más que en 2007.
Otras organizaciones de derechos del consumidor también cuestionaron que el Gobierno aplicó los aumentos con poca "previsión" ante el faltante de monedas. El representante de Consumidores Libres, Héctor Polino dijo que los "aumentos no van a significar una reducción de los subsidios y demás beneficios que el Estado otorga a las empresas de transportes", refutando el argumento utilizado por el Gobierno.
Por el contrario, recordó que "en enero del año pasado también se implementó un aumento en el boleto del transporte, con el argumento de que se reducirían los subsidios en $600 millones, y en cambio, terminaron aumentándolos en $3.150 millones".
Y Andrada agregó que "lo que ocurre es que desde 2003 las empresas concesionarias venían gozando de generosos subsidios que ahora se acabaron, entonces trasladan los cargos al consumidor".
El Poder Ejecutivo justificó la suba al señalar que "en el marco de la crisis económica y social, se determinó como eje de la política relativa a la movilidad de la población, el mantenimiento hasta 2007 de los niveles tarifarios de los servicios de transporte vigentes a 2001, proveyéndose a tal fin otros recursos que coadyuvaran a la cobertura de los incrementos de los costos de explotación".
"Esos subsidios que se dispusieron para el sector, complementarios de la tarifa, permitieron en el curso de esas excepcionales circunstancias, garantizar a la ciudadanía contará con un servicio público que resulta esencial para cubrir, en forma directa o indirecta, gran parte de sus necesidades", añadió la resolución, que lleva la firma del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.