Cuando vaya a comprar una heladera sepa que la apariencia y el tamaño no son lo único importante. Es que este gigante blanco lidera el ranking de gasto energético, por lo que su eficiencia y buen funcionamiento son primordiales.
Obviamente es más probable que una máquina nueva satisfaga esos requisitos, aunque duela el corazón y el bolsillo abandonar las de manija de metálica. Si bien como casi todo lo de hecho antes es “eterno” y de motores casi irrompibles, la realidad es que estos gigantes hacen temblar los cobres porque necesitan demasiada energía para funcionar en comparación a las modernas.
En la actualidad “comprar un equipo eficiente es importante y sencillo gracias a la etiqueta energética que constituye una herramienta informativa al servicio del consumidor. Actualmente, su uso es obligatorio en lámparas, lavarropas, heladeras y equipos de aire acondicionado”, explican desde CADIEL.
Lo que marca la diferencia entonces es el etiquetado, existen siete clases de eficiencia identificadas por un código de colores y letras que van desde el verde y la A para los más eficaces, hasta el rojo y la G para los equipos menos.
Por ejemplo, una heladera con freezer de 330 litros con etiquetado A consume en un año 289 kvwh mientras que una con etiquetado F, en el mismo período de tiempo, consume casi 3 veces ese valor.
“A lo largo de la vida útil de un electrodoméstico, el gasto en la factura eléctrica puede ser varias veces superior a su precio de adquisición. Por ello, a la hora de la compra, hay que fijarse en el consumo de energía y optar, al menos por los de clase C”, detallan desde la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL).
Frente a la propuesta del Gobierno Nacional para impulsar la circualción del stock de heladeras y la mejora del consumo energético, el titular de CADIEEL, Ramiro Prodan manifestó el “apoyo total” y consideró que esa medida tendrá “un doble beneficio” porque "hoy más del 40 por ciento del consumo total de energía eléctrica se debe a los hogares y la heladera absorbe en promedio un tercio de ese consumo, con lo cual el reemplazo de equipos por otros más eficientes generará beneficios al usuario que no sólo ahorrará dinero sino que, además, aliviará el sistema eléctrico lo que implica beneficios económicos y ambientales"
Cómo sacarle el jugo al frío
• Compre heladeras con etiquetado energético de al menos clase C. Ahorran energía y d dinero.
• No compre un equipo más grande del que necesita.
• El hielo y la escarcha son aislantes y dificultan el enfriamiento en su interior. Existen modelos, los llamados "no-frost" que evitan la formación de hielo y escarcha. Una capa de tres milímetros de hielo puede hacer que su heladera consuma un 30% más de energía eléctrica.
• Colóquelo en un lugar fresco y ventilado, alejado de posibles fuentes de calor: radiación solar, horno, etc. Colóquela a no menos de 15 centímetros de la pared.
• Mantenga la parte trasera del aparato bien ventilada y quite regularmente el polvo de las serpentinas con un plumero o aspiradora.
• Descongele antes de que la capa de hielo alcance 3 milímetros de espesor: podrá conseguir ahorros de hasta el 30%.
• Compruebe que los burletes de las puertas están en buenas condiciones y hacen un buen cierre: evitará pérdidas de frío: una hoja de papel metida en la ranura del cierre debe ofrecer resistencia a los tirones.
• No introduzca nunca alimentos calientes: si los deja enfriar fuera, ahorrará energía.
• Cuando saque un alimento del congelador o freezer para consumirlo al día siguiente, descongélelo en la heladera en vez de en el exterior; de este modo, tendrá ganancias gratuitas de frío.
• Ajuste el termostato para mantener una temperatura de 5 °C en el compartimiento de refrigeración y de -18 °C en el de congelación. Un grado más de enfriamiento según la temperatura recomendada por el fabricante puede suponer hasta un 5% más de su consumo.
• Abra la puerta lo menos posible y cierre con rapidez: evitará un gasto inútil de energía.
• Coloque los alimentos de consumo frecuente en las partes más accesibles y abra la puerta el tiempo imprescindible.
• Disponer los alimentos favoreciendo la circulación del aire para lograr una refrigeración más eficiente y menor consumo eléctrico. Evitar la obstrucción de salidas de aire del interior del refrigerador.