Nuestro país tomado en conjunto es un ejemplo de vocación de servicio para el cuidado de la gente. La cantidad de médicos lo expresa notablemente: hay uno cada 200 personas, tomando todo el territorio. Lo que lo coloca como el segundo país con más médicos por habitante, después de Italia.
El semillero de doctores argentinos es muy fértil en comparación con el de otros países. En México, por ejemplo, cada 10.000 habitantes hay una proporción de 15,6 médicos; de 9 en Guatemala; de 13 en Chile; y de 26,8 en nuestro país, según lo informo la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Pero como bien dice el dicho, “Dios atiende en Capital” y la salud también. La proporción favorable al bienestar de la población argentina cambia de una provincia a otra. Y aún en Buenos Aires donde se concentra la mayor cantidad de profesionales los hospitales están colapsados. Y para seguir con la certeza de los dichos populares “la cantidad no hace calidad”, y no en referencia a la formación de los médicos, sino al servicio de salud en general y la desigualdad en la atención.
Poder ver un especialista muchas veces se vuelve una peregrinación de meses en colas de madrugada para conseguir un turno. Aquí un abanico de razones, escasos recursos e inversión económica durante muchos años, falta de insumos, salarios bajos, falta de descentralización de centros de salud y atención de población extranjera, entre otras.
La atención, más allá de la buena base médica, así no esta garantizada. Geográficamente las diferencias son más notables. Mientras que en la provincia de Buenos Aires hay 1 médico cada 514 personas y en Capital Federal 1 cada 30 personas, en Misiones se llega a 1 cada 800 y en Chaco hay 1 cada 1.000 personas, además de una situación epidemiológica complicada.
Un mapa de distribución que refleja una desigualdad preocupante y una degradación de la profesión. “La sobrepoblación médica provoca multiempleo y caída de la calidad para producir más servicios en menos tiempo”, indicaron desde el Colegio de Médicos de La Plata.
La mayor parte de los 200 mil profesionales está concentrada en las grandes ciudades y en el Interior escasean y se reciben más de 100 millones de consultas anuales en hospitales y centros de salud. Pero no hay respuesta para todas.
La crisis presupuestaria en general de los nosocomios hace tambalear el sistema de salud argentino, que este año llegó a los 65.000 millones de pesos en gastos. El aumento de salarios en el sector, la fuerte suba en los insumos, los estudios de alta complejidad, las drogas farmacológicas y el material descartable, pusieron en jaque las estructuras sanitarias en general, y el sistema público en particular, manifestó la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami), a través de un informe.
El conurbano bonaerense y varias provincias del norte argentino, según Acami, son las zonas críticas en materia sanitaria, y ponen presión sobre un sistema, que se ve superado por la demanda.
El noreste doloroso
Formosa y Chaco, son las provincias en peor situación sanitaria del país, donde el 65 por ciento de la población carece de cobertura y debe atenderse en una infraestructura hospitalaria muy pobre. Las sigue Santiago del Estero, con el 64 por ciento de habitantes sin cobertura; Chubut con 62; y Salta con 60.
06 de diciembre de 2008.