Del machete a la máquina: erradican la cosecha manual de caña de azúcar
Este año se eliminó por completo la recolección "de carne y hueso" de la materia prima. Los "cuartas" se mecanizaron e independizaron. Cómo fue el cambio de vida de un sector olvidado.
“Muele que muele el trapiche y, en su moler, hasta la vida del hombre muele también”, relata Atahualpa Yupanqui en “Canción del Cañaveral”. Es que la vida de los cosecheros de caña de azúcar siempre fue una constante lucha: contra las malas condiciones laborales, contra las altas y bajas temperaturas, contra los patrones, contra el cansancio y la resignación.
En sus comienzos, la producción se realizaba de forma manual. Es decir, los “cañeros”- machete en mano- cosechaban la planta de azúcar y la vendían por tonelada a los Ingenios, que la comercializaban.
Con el correr del tiempo, y a medida que aumentaba la tecnología, las máquinas pasaron a realizar las tereas más complejas, pero los “cuartas” (así se llamaba a los cosecheros que trabajaban en los campos pero no tenían dependencia laboral con el Ingenio) siguieron existiendo hasta el 2014.
La zafra azucarera de este año es la primera en la historia que no cuenta con cosecheros manuales, ya que la UCAR (Unidad para el Cambio Rural) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación- que intervino en 2013 para reactivar del Ingenio- los erradicó.
El economista Antonio Morlio, Coordinador Regional de la UCAR, contó a 24CON que “el primer conflicto que debimos afrontar fue el tema de los ‘cuartas’. Eran 540 personas que hacían tareas de mano de obra en negro y eran explotadas. Trabajaban en época de cosecha, de junio a diciembre y después se iban a otras producciones de otras partes del país, por ejemplo, a Mendoza”.
El año pasado, cuando la UCAR se hizo cargo de La Esperanza, ante la mecanización integral de la cosecha, los “cuartas” se manifestaron para no perder el trabajo. “Tras una negociación llegamos a acuerdo unánime de terminar la cosecha manual e incorporar la cosecha mecánica. Así que los empleados que trabajaban seis meses pasaron a ser de planta permanente. Todos siguen siendo cosecheros, pero realizan otras tareas”, explicó Morlio.
La historia de Farfán: de "cuarta" a productor independiente
Carlos Farfán, de 58 años, es un histórico “cuarta” del Ingenio La Esperanza. No hay persona que no lo conozca en las 10 hectáreas que cubre la empresa azucarera. “Llevo 40 años de servicio en la empresa. Durante 17 años corté caña a mano con un machete. Luego la gente me eligió para conducir el sindicato de empleados de La Esperanza y fui el Secretario General del sindicato durante doce años”, narró el cañero a 24CON.
En el año 2000, el Ingenio culminó su debacle de varias décadas y decretó la quiebra, situación que cambiaría a partir del 2013, cuando el gobierno decidió intervenir a través de la UCAR. “Nos explicaron que venían a hacer un reordenamiento de las cosas que estaban mal y se comprometían a ayudarnos a nosotros”, señaló Farfán.
De esta manera, todos aquellos trabajadores con más de 55 años de edad que tuvieran 30 años de aportes estaban en condiciones de recibir un beneficio. “Nos reunimos con varios compañeros, tratamos el tema y decidimos independizarnos con la ayuda del gobierno”, expresó el histórico “cuarta”, quien agregó: “Nuestro sistema era obsoleto y caro. Entonces había que entender que teníamos que apuntar a la tecnología si queríamos preservar puesto de trabajo”.
“Hicimos dos cooperativas: Costa Azul y Unidad Popular. El gobierno nos prestó las tierras por diez años y nos financió dos máquinas de producción integral (que cuestan 3.400.000 millones de pesos) para que produzcamos caña de azúcar, que es lo que hicimos toda la vida, sólo que ahora no lo hacemos con el machete”, explicó Farfán.
El cambio de vida de los ahora “ex cuartas” fue abismal. “Pasar de ser durante 40 años dependiente de una empresa a ser un productor totalmente independiente es un avance inmenso para nosotros. Lo vivimos con mucho entusiasmo y, por primera vez, vamos a poder ver los frutos a nuestro propio sacrificio”, concluyó.
10 de octubre de 2014
NOTAS RELACIONADAS
Ingenio La Esperanza: radiografía de una historia de lucha entre cañaverales
Tras 40 años de decadencia, uno de los ingenios azucareros más importantes del país renació y ahora alienta al crecimiento de la región. Un siglo de altibajos en el este de Jujuy.
Debatieron en Jujuy el potencial foresto-industrial
La Unidad para el Cambio Rural (UCAR) llevó a cabo una jornada de debate para contribuir al desarrollo productivo del sector, en el marco del Programa de la Micro-región de San Pedro y la Esperanza.