Adelantate al verano con la "Biblia del conquistador"

1. El deportista ha triunfado. El ejercicio no sólo te ayuda a estar en forma, sino que además te convierte en el objetivo de muchas mujeres. No es el hecho de tener un cuerpo diez lo que atrae, sino la seguridad y confianza que transmite un hombre deportista.

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2. Tu escenario, la playa. Pregantale a una chica si puede echarle un vistazo a tus pertenencias mientras te das un buen bañito en el mar. Cuando regreses siempre tendrás una excusa para hablar con ella.

3. La risa. Un tópico típico, pero nunca falla. Hacer reír a una mujer es acortar el camino hacia… quién sabe, ¿una noche de pasión? ¿una historia de amor veraniego? Lo importante es saber qué quieres y tener claro qué es lo que quiere ella también.

4. La espontaneidad es una buena arma. El verano es una época grandiosa, volátil y efímera donde todo puede ocurrir, así que deja atrás tu timidez y si te gusta una chica, directamente invitala a tomar algo. Lo bueno puede llegar cuando menos te lo esperas.

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5. La función del lugareño. Si lo que te van son las turistas, qué mejor manera de comenzar algo que enseñándoles esos rinconcitos que no están en la guía de viajes. Ellas se sentirán agradecidas y tú jugarás en tu campo. ¡Todos ganan!

6. El intelecto como vía. Que estemos en verano no significa que nos tengamos que convertir en auténticos muebles no-pensantes. Un libro bajo el brazo siempre aportará a la figura del hombre ese talante y compostura que a muchas mujeres seduce. No nos cansamos de decirlo: la inteligencia es sexy.

7. Abandoná la pedantería, ¡estamos de vacaciones! Si la inteligencia es sexy, la soberbia no lo es. Que ella esté leyendo 50 sombras de Grey y tú lo último de Noam Chomsky no te convierte en el ser omnipotente que todo lo sabe. El verano es una época liviana, como las novelas de Erika L. James.

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21 de agosto de 2014