Juan Marcelo Ramírez, de 27 años, fue secuestrado en diciembre de 2002 por supuestos policías. Tras el pedido de un cuantioso rescate, nunca más se supo de él. Se cree que lo mataron y ocultaron su cuerpo. En la madrugada de ayer, Rubén, uno de sus hermanos, fue acribillado a balazos al toparse con un delincuente de su barrio, en la localidad de Villa Martelli, en el partido de Vicente López. "Ya me llevaron dos hijos. No entiendo nada de lo que pasó", dijo Venancio Ramírez, el padre de las víctimas, quien "no descarta" que el crimen esté vinculado al caso del joven desaparecido.
Según consignó Tiempo Argentino , Rubén, de 38 años, fue asesinado cerca de las 6 de la mañana, cuando se disponía a cerrar un galpón familiar situado en Carlos Francisco Melo al 5200, donde los integrantes de una radio barrial habían realizado una fiesta privada. En el momento en que se iban los últimos invitados, apareció un adolescente de entre 16 y 18 años que quiso entrar por la fuerza. Como no se lo permitieron, comenzó un forcejeo. Rubén intentó mediar pero el agresor discutió fuertemente con él, hasta que extrajo una pistola y le disparó varias veces.
"Yo escuché los disparos y salí corriendo. Entonces vi a Rubén en el piso. Le vi como cinco impactos de bala de grueso calibre y me agarró la desesperación", contó Venancio Ramírez a Télam, que vive a unos 50 metros del galpón. El hombre se dirigió rápidamente hasta el Hospital Belgrano, a unas tres cuadras del lugar, del lado del partido de San Martín, para pedir "una camilla". "Después volví corriendo hasta donde estaba Rubén, lo cargamos en la camioneta de un sobrino y lo llevamos hasta el hospital pero llegó muerto", continuó Venancio, quien recordó que su hijo baleado tenía dos hijos y era una persona que "trabajaba mucho".
Según fuentes policiales, desde el hospital se comunicaron al 911 y alertaron a los agentes de la zona. Poco después, los efectivos llegaron a la escena del crimen y entrevistaron a los testigos presenciales que aportaron datos para identificar al sospechoso.
Uno de los investigadores sostuvo que por ahora "los testigos se refirieron a que hubo una discusión, no un robo". El padre de la víctima detalló que el presunto asesino es "una lacra de la zona" que cuenta con "antecedentes penales" y que unos minutos antes de asesinar a Rubén, había “baleado a dos hermanos a unas pocas cuadras" de allí.
De acuerdo a los dichos de Venancio, un familiar de esos muchachos baleados les acercó una fotografía del supuesto autor de los disparos que ya está en poder de los investigadores. Si bien no relacionó el crimen directamente con la desaparición de su otro hijo, el hombre recordó que días atrás hubo "novedades" en esa causa ya que una testigo de identidad reservada declaró ante la justicia dónde estaría el cuerpo de Juan Marcelo.
Venancio aclaró que todavía no declaró ante los investigadores por el crimen de Rubén ya que primero quiere "velar" sus restos. El cuerpo será sometido a una autopsia en la morgue del Hospital Carrillo de Tres de Febrero y recién hoy por la tarde será entregado a su familia. "Voy a luchar y a pedir Justicia como hice con Juan Marcelo", añadió el hombre, quien junto a su familia es asistido por la ONG Asistencia de Víctimas de la Impunidad y Sin Esclarecer (Avise).
Fingían ser policías
Un grupo de delincuentes, que simulaban ser policías, interceptó el 10 de diciembre de 2002 la camioneta Fiat Ducato en la que se movilizaba Juan Marcelo Ramírez, de 27 años, quien iba a visitar a una amiga, pero nunca llegó.
Se pudo reconstruir que la víctima fue abordada en la calle 1ro de agosto y avenida Márquez, en José León Suárez, partido de San Martín, y luego los captores se comunicaron con su padre y le exigieron medio millón de dólares para liberarlo. Al día siguiente, la camioneta apareció en Villa Martelli con las zapatillas del joven en su interior, donde también se halló sangre y cabellos.
El 18 de diciembre, el padre de la víctima recibió una carta de su hijo como prueba de vida y desde entonces nada se supo de su paradero.
En el primer juicio por este hecho, en 2007, fueron condenados a 17 años de cárcel por el secuestro Julio Robledo, Claudio Maiz y Adrián Pérez, señalado como quien aportó el teléfono para llamar a la familia y que desde 2012 está en libertad condicional. En un segundo debate oral realizado en 2013, la Justicia Federal de San Martín absolvió y dejó en libertad a un cuarto acusado. Se trata de Alfredo Torino Borda, de 57 años, sospechado de haber realizado los llamados extorsivos.