A cualquier hora del día, la “cuadrita de los buscas” es un hormiguero de gente. Se trata de una zona comercial de Ciudadela sur que vende al por mayor y que, según sus propios vendedores, en cantidad de público ya desplazó al legendario barrio de Once.
Ganó su apodo en el imaginario colectivo por la cantidad de vendedores ambulantes que compran mercancía a precios considerablemente bajos para revenderla después en colectivos, trenes y puestos callejeros. Pero en vísperas de las Fiestas de fin de año, el lugar se convierte en una especie de shopping a cielo abierto donde la premisa es aprovechar las ofertas y cargarse de bolsas sin marca, mejor dicho, bolsas de residuos.
Son en total cuatro cuadras, principalmente en la calle D’Onofrio (del 0 al 200), y también sobre Ramón Falcón (al 3000), a metros del cruce de la Av. Rivadavia y General Paz, pegado a Liniers pero del lado de Provincia.
En algún punto, el lugar se asemeja a una feria de barrio pero sin puestos itinerantes, más insegura, en un caos de tránsito y con un combo particularmente explosivo. Es que sobre todo lo que se vende es pirotecnia, aunque también abunda todo tipo de artículos de bazar, de librería y juguetes; y algo menos de galletitas, golosinas y ropa.
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También se rigen por cantidades. Existe la venta por “unidad”, que es la más cara en proporción; por “display”, que se trata de un cierto número de productos; y por “bulto”, que es la más económica ya que roza el precio de lista, es decir, de costo.
No hay tiempo para desaprovechar
Según avisan los carteles escritos a mano en las fachadas, también habrá actividad el 24 y el 31, para aprovechar las compras de último momento. “Por los festejos de fin de año, a partir de diciembre son las semanas más fuertes”, fundamenta otro vendedor. Por eso es que en algunos comercios los clientes aguardan en largas colas para ser atendidos, a cualquier hora del día, aunque se cierran las persianas a eso de las 21.
“Desde hace años que esta zona le gana en público a la calle Azcuénaga, de Once”, explica a este diario Miguel Ángel, encargado de “Fiesta de colores”, un comercio de venta de fuegos artificiales.
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“Tengo que ajustar los precios milimétricamente, porque el público nuestro es principalmente de clase baja, y algo de clase media. En lo que respecta a pirotecnia, este año hubo mucho incremento en comparación con el anterior, por lo que la gente busca precios. Si tengo un producto centavos más caro, el cliente se cruza y lo compra en frente”, agrega Miguel Ángel.
Algunas de las ofertas son: lapiceros de chapa a $4.99, vasos de vidrio a $2.50, pelotas de goma playeras a $12.90, fuegos artificiales de primera marca a $49 (cuatro cañas de colores), mortero de 100 luces a $15, o tres cohetes 3 Tiros a la increíble módica suma de $6.
“Mucho punga”
En “la cuadrita de los buscas” los hechos de inseguridad también son al por mayor. Los robos son tan cotidianos para los compradores como esperar en la cola, esquivar gente en las veredas y regatear aún más los precios. ¿Las recomendaciones?: “No saqués el celular, si tenés mochila ponétela siempre delante tuyo, mirá para todos lados. Acá hay mucho punga. Es una zona muy picante”, advierte el vendedor. Sin dudas, un tour de compras que tiene sus riesgos.
20 de diciembre de 2012