El pontífice fue inmediatamente agarrado y llegó sin dificultad hasta el altar para oficiar la misa. El hecho se produjo cuando el Obispo de Roma recorría el pasillo de la basílica, presidiendo la procesión de cardenales y otros religiosos que se dirigía hacia el altar mayor para el rito.
Una mujer, al parecer con problemas mentales, saltó la valla. La escolta papal intervino y en el trasiego el Pontífice perdió el equilibrio, pero lo recuperó inmediatamente. También cayó al suelo el cardenal francés Roger Etchegaray, que formaba parte de la procesión y que se rompió el fémur en la caída.
El portavoz vaticano Federico Lombardi dijo después de la misa: «Ha sido una agresión, pero no ha sido peligrosa porque la mujer iba desarmada».
Por primera vez en la historia de la Iglesia, Benedicto XVI ofició la tradicional misa del gallo dos horas ante de la medianoche, para evitarse fatigas, ya que tiene casi 83 años, y que el día de Navidad tenía que pronunciar el mensaje urbi et orbi.
RELEGAR A DIOS / En la homilía, el Papa denunció que los hombres no consideran una prioridad a Dios y lo tienen relegado al último lugar. “La mayoría de los hombres no considera una prioridad las cosas de Dios, no les acucian de modo inmediato. Y también nosotros, como la mayoría, estamos bien dispuestos a posponerlas. Se hace ante todo lo que aquí y ahora parece urgente. En la lista de prioridades, Dios se encuentra frecuentemente casi en último lugar”, dijo.