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El día que Caloi recordó a Fontanarrosa en 24CON

El dibujante Carlos Caloi habló con 24CON sobre su amistad, anécdotas y trabajo: "Lo extraño mucho, hizo de la sencillez su acto de heroicidad". Miguel Rep: "Un tipo así es un milagro".
Domingo, 19 de julio de 2009 a las 17:32

Entrevistas: Pablo Noto

Texto: Jonathan Raed

 

 

24CON- Un 19 de julio de 2007 moría uno de los hombres más significativos de la cultura argentina, Roberto “el negro” Fontanarrosa. ¿Cómo lo recordás?
-Caloi: Se lo extraña mucho, éramos muy amigos, no solamente teníamos una amistad profesional sino que a partir de eso, éramos muy allegados en lo personal.

-¿Cómo lo conociste?
Lo conocí por la década del ‘70 en Córdoba, cuando la revista “Hortensia” hacía unas grandes exposiciones de humor e historietas. Ahí también nos conocimos muchos de los que éramos de la última camada de humoristas. Además estaban los viejos dibujantes como Oski, Palacios, Ferro, Salinas. A partir de ese momento nació una amistad muy fuerte porque teníamos muchas afinidades, no sólo de la profesión sino de puntos de vista iguales.

-¿Compartiste más cosas con él, fuera del trabajo?
-Hemos veraneado juntos en familia, nos pasábamos temporadas en Pinamar, en lugares marítimos que ni a él ni a mí nos gustaba mucho, pero nos quedábamos en la carpa leyendo y hablando. También viajamos mucho por el Interior del país, por EEUU, México y Europa, dando conferencias.

-¿Qué es lo que más te asombró de sus trabajos?
-Lo que fui viviendo es su nacimiento en la literatura, que la abordó desde la historieta. Por eso creo que con la desaparición de él se fue no solamente un humorista sino un gran personaje de nuestra cultura. Hizo un gran puente entre la gente y la literatura. Su crecimiento en la literatura se nota en las historietas, de un humor casi despoblado de palabras fue pasando cada vez más a globos más frondosos.

-¿Cómo era en su vida privada?
-Era un tipo sencillo. Hizo de la sencillez su acto de heroicidad. Era de esos a los que se puede calificar como “amiguero”. En el 2006 tuve que, a pedido de él, hablar en un homenaje que se le rindió en el Senado. Ahí dije que había superado a Roberto Carlos, no en la pelada o en la negrura del futbolista brasilero, sino en la del cantante porque tenía más de un millón de amigos (risas). Amaba trabajar, era un laburante muy ordenado, tenía distribuidos los tiempos de dibujar y de escribir, y después de las 6 se iba a dar una vuelta por su pueblo, Rosario.

-¿Te acordás de alguna anécdota?
-Cuando andábamos por Europa no quería ir a los museos, quería ir a los bares y quedarse mirando a la gente. Recuerdo que en las salas del Vaticano, colmadas de obras y pinturas, en un momento empezábamos a correr entre la gente buscando la salida, para poder respirar (risas). Uno lo sigue recordando en la vida cotidiana, en cosas sencillas, lo extraño mucho comentando cosas del fútbol, su gran pasión.


 

Miguel Rep, reconocido dibujante y humorista, también habló con 24CON sobre la vida del rosarino.

 

24CON- ¿Cómo lo recordás?

Rep- Como un tipo bueno. El humorista más ingenioso que conocí. Amigo felino, afectuoso. De vernos de vez en cuando, el tiempo justo. Lo extraño realmente, un tipo así es un milagro. Y yo tuve suerte.

 

-¿Ténés alguna anécdota con él?

Miles, pero personales...

 

 

El Negro Fontanarrosa

 

Rosarino de pura cepa, amante y ávido orador de temas nacionales centrales como el fútbol, la literatura, el humor, las mujeres y la política de café. Creador del vago, irreverente y locuaz gaucho, Inodoro Pereyra.


Escritor y dibujante que supo mezclar mejor que nadie sus dos grandes pasiones: el fútbol y la literatura, con cuentos como "No te enloquesá Lalita", "Viejo con árbol" y "19 de diciembre de 1971", entre otros.

Acérrimo fanático de Rosario Central que dejó sin "malas palabras" al III Congreso de la Lengua Española y, desde hace dos años, nos dejó a todos sin su magia. Sin su frescura. Pero el Negro Fontanarrosa también nos dejó la compañía de cinco historietas, doce libros de cuentos, tres novelas, una película, cientos de anécdotas y un legado que perdura intachable a través del tiempo: humor, "barrio", inteligencia e ingenio al servicio de la crítica y la observación de la sociedad.

 

 

19 de julio de 2009