El papa Francisco dirigió este viernes duros comentarios contra el feminismo, al tiempo que opinó el viernes que dar más funciones a la mujer en la Iglesia no resolvería el problema de los abusos sexuales.
"No se trata de dar más funciones a la mujer en la Iglesia -sí, eso es bueno pero no resolvería el problema-, se trata de integrar a la mujer como figura de la Iglesia en nuestro pensamiento", señaló el papa.
Francisco comentaba así la intervención hoy en la cumbre sobre pederastia de la experta en Derecho Canónico, Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, que fue la primera mujer en hablar en esta reunión de jerarcas de la Iglesia que se celebra en el Vaticano.
El pontífice afirmó que "invitar a hablar a una mujer no es entrar en la modalidad de un feminismo eclesiástico, porque a fin de cuentas todo feminismo termina siendo un machismo con faldas".
"Invitar a hablar a una mujer sobre las heridas de la Iglesia es invitar a la Iglesia a hablar sobre sí misma, sobre sus heridas", añadió, a la vez que dijo que lo que se debe hacer es adoptar el "estilo" de una "mujer, esposa y madre".
"Sin este estilo hablaremos del pueblo de Dios como organización, fuerza sindical, pero no como la familia nacida de la madre Iglesia", continuó.
Precisamente hace unos días, en vísperas del inicio de la cumbre de obispos convocada por Francisco para abordar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia, un grupo de ex religiosas, activistas y víctimas abogó por una "visión femenina" para buscar soluciones a este flagelo social.
Estas activistas, integrantes de la asociación "Voices of Faith" (voces de fe), buscan que se reconozca la capacidad de las mujeres para ejercer cargos de responsabilidad dentro de la Iglesia católica, hasta ahora prácticamente reservados a los hombres.
"Esta crisis global por los abusos ha evidenciado que las autoridades eclesiásticas necesitan una perspectiva femenina", señalaron.
El papa, por su parte, reconoció recientemente que muchas monjas sufren y han sufrido abusos sexuales por parte de curas y obispos. El reconocimiento del Sumo Pontífice, sin embargo, llegó luego de que la revista del Vaticano para mujeres denunció los abusos sexuales contra monjas cometidos por sacerdotes y el consiguiente "escándalo" de las religiosas que debieron abortar o dan a luz a niños cuyos padres no reconocen.