El presidente del PJ bonaerense, Alberto Balestrini, es el primero en expresar que mantiene “el teléfono cortado” con el conductor nacional, Néstor Kirchner, aunque admite que no se irá de ese espacio, “el único capaz de profundizar la distribución del ingreso en el país”.
No obstante, el malhumor del parco dirigente matancero se manifiesta constantemente desde que llegó la orden emitida en Olivos para frenar y modificar la reforma política bonaerense que pretendía darle mayor autonomía con respecto de las decisiones que tomaba Kirchner.
Es que Balestrini no hablaba por sí. Lo hacía en representación de la totalidad de los dirigentes bonaerenses, que sabían que si no le permitían mantener la autonomía para fijar la fecha de las internas y otras modificaciones quedaban “intervenidos” virtualmente por las decisiones nacionales.
Así, con el fin de “no dejar a nadie afuera”, han comenzado reuniones con referentes duhaldistas de todos los niveles, especulando que la interna no pasará por el PJ sino por el Frente para la Victoria, a la cual todos los peronistas deberían concurrir.
“Si la interna del PJ se cierra porque estamos en el Frente, va a pasar lo mismo que en 2009”, disparó un intendente de la tercera sección electoral que todavía no emitió ni una opinión pública contraria al proyecto presidencial, aunque por lo bajo sí lo haga.
En las más importantes secciones electorales, además, la discusión entre los máximos referentes locales, intendentes, diputados o funcionarios del gobierno nacional que conviven en los territorios no está pasando por el mejor momento.
Si bien no lo hacen público, los intendentes de Merlo, Raúl Othacehe y de Tres de Febrero, Hugo Curto, mantienen la congelada disputa personal para ser el conductor de la Primera Sección Electoral mientras no saben qué más hacer para contener a otros jefes comunales de los que se consideran amigos pero que no quieren saber más nada con los modales y los discursos kirchneristas, tal el caso del jefe comunal de Hurlingham, Luis Acuña, o de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino.
Cariglino, además, nunca cerró el diálogo público y privado con Eduardo Duhalde y está siendo inducido por grupos económicos y mediáticos de importancia para participar de la próxima fórmula a la gobernación por el peronismo disidente.
Sergio Massa, en tanto, no participa más de las reuniones convocadas para discutir por obras o política organizadas por Julio De Vido y Mario Ishii mantiene línea directa con Kirchner sin articular con ninguno de sus pares.
En la Tercera Sección, en tanto, ya fueron públicas las críticas al intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, molesto por un cúmulo de decisiones del gobierno nacional y provincial. Desde Lanús, Darío Díaz Pérez salió a criticarlo con dureza por haber hecho públicas las diferencias porque “somos todos intendentes oficialistas”.
Por su parte, Darío Giustozzi, de Almirante Brown, mantiene un profundo silencio y no desmiente sus acercamientos con el sector crítico kirchnerista conducido por Massa. En Quilmes, en tanto, Francisco “Barba” Gutiérrez le está dando “las hurras” a su estadía al frente del PJ local porque es el principal armador del Frente Grande, fuerza con la que pretende aglutinar a kirchneristas no pejotistas de cara a una próxima interna abierta y simultánea que lo enfrente con Aníbal Fernández, Eduardo Camaño, Daniel Gurzi y Francisco Scarabino.