Ariel y su hija Angelina, antes de ir trabajar. |
La mujer había mantenido una relación con un vecino, Cristian “Poroto” Martínez (de 27), con quien tuvo su primera hija, Maialú. Poroto cayó preso por intentar robar un local comercial y la mujer, al poco tiempo rehizo su vida con Ariel quien supo contener su soledad. Un cóctel de envidia y rencor no tardó en apoderarse de la familia del supuesto malviviente y ahora hostigan a Abigail y a los suyos.
Maialú tiene 4 años pero su madre sólo la recuerda cuando tenía poco más de 1 porque su ex suegra -y abuela de la nena-, Ángela González, aprovechó una fiesta para arrebatarle la beba de sus brazos. Cual historia gitana, el hecho quedó denunciado por varios vecinos que habrían visto a parte del clan Martínez asistir al encuentro (uno de esos cumpleaños, donde el alcohol abunda, con asistencia perfecta del barrio) y robar a la pequeña. Aún hoy la madre sigue dando batalla en los pasillos -a veces callejones sin salida- de los Tribunales de Morón para que la Justicia de Menores le devuelva la tutela de la criatura.
Ariel y Abigail están desesperados. |
El despecho de Los Martínez y la complicidad de la policía
Una vez más, la Justicia y la Policía toman parte en disputas familiares. Lejos de acercar posiciones, se profundizan las diferencias y utilizan métodos violentos para resolver los conflictos vecinales.
El 30 de octubre del año pasado Ariel recorría las calles, como todos los días, en búsqueda de material renovable para luego revender. Se detuvo a recoger unos cartones de uno de "sus clientes", en una fábrica de cosméticos sobre la avenida Córdoba –Morón sur- y “de repente, siento un fierrazo en la espalda”, contó Ariel quien no se quedó de brazos cruzados y luego de reconocer al atacante –Matías, uno de los hermanos de Poroto- respondió a las agresiones.
En la gresca ambos habrían quedado muy golpeados. Luego de examinarse en el Hospital de Morón, Ariel
Abigail, la mujer en discordia. |
Cuando Ariel volvió a su hogar, se encontró con una situación difícil de explicar. Efectivos de Morón 4ta, el destacamento del barrio, habían realizado un allanamiento para dar con su paradero. Le dejaron un mensaje: “Cuando vuelva decile que vaya a la comisaría que tiene que terminar de firmar algunas cosas”. Ariel así lo hizo, pero el trámite le llevó cuatro meses: quedó preso y tuvo que afrontar una causa por "robo agravado por el uso de arma de fuego". Se lo acusaba de haber asaltado a los Martínez. El botín, según consta en la denuncia -que se tramita en la UFI N° 6-, es un carro y su caballo.
“Jamás me imaginé que me iba a encontrar con eso. Yo siempre trabajé, pude ahorrar y me compré el carro y el caballo”, recordó el muchacho. Actualmente, el padre de Ariel que vive en la misma vivienda de la pareja, también es cartonero y el grupo familiar cuenta con un equino y su respectivo carrito. A fuerza de voluntad habían logrado tener una moto, televisor, dvd y diferentes herramientas de trabajo pero la reclusión del joven los obligó a deshacerse de estas pertenencias, incluyendo el caballo y el carro de Ariel.
Envidias, rencores y disputas territoriales
Los Martínez son una familia numerosa y conflictiva. Ariel y Abigail marcaron la cancha: “Se buscan la vida con tres caballos muertos de hambre y dos carros. Pero también roban a los vecinos y los que pasan por la zona”.
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Hace algunos días atrás, Los Martínez habrían tenido problemas con gente de un asentamiento vecino: “Vinieron de la villa San Francisco y le cascotearon el rancho un buen rato, no sé que problemas tuvieron pero no deben andar en cosas limpias". El trasfondo sería una lucha por el territorio contra “otros rateritos que también roban en la zona”.